(AFP) Más de 600 personas murieron solo en abril en una ola de violencia que golpea a varios barrios de la capital de Haití, controlados por las pandillas, advirtió este martes la ONU, que pidió desplegar urgentemente una fuerza de apoyo.
«Solo en el mes de abril, más de 600 personas murieron en una nueva ola de violencia extrema que golpeó a varios barrios de la capital», Puerto Príncipe, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en un comunicado.
Las cifras de abril se registran «después del asesinato de al menos 846 personas en los tres primeros meses de 2023, además de 393 heridos y 395 secuestrados durante el período», detalló.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció «un ciclo de violencia sin fin en Haití».
«La situación de emergencia en materia de derechos humanos exige una respuesta firme y urgente», manifestó.
Haití, la nación más pobre del hemisferio occidental, se ha visto devastada por las crisis coyunturales de seguridad, política y salud, y ahora por las bandas armadas que controlan buena parte de la capital.
En un informe trimestral (enero a marzo) publicado el martes, la ONU destaca que la violencia no solo se hace más extrema y frecuente, sino que se extiende inexorablemente a medida que las bandas tratan de ampliar su control.
Zonas de Puerto Príncipe que antes eran consideradas seguras, como Kenscoff y Pétion Ville, así como el departamento de Artibonite, se encuentran ahora impactadas por la violencia.
Los secuestros (al menos 395 en el primer trimestre de 2023) aumentaron un 12% en relación al trimestre anterior, y las pandillas siguen utilizando la violencia sexual par imponer el terror y hacer sufrir a la población.
– Grupos de autodefensa –
Entre otras tácticas utilizadas por estos grupos, el informe menciona incidentes durante los cuales francotiradores han abierto fuego indiscriminado contra transeúntes o viviendas. También ha habido casos de personas quemadas vivas en los transportes.
El documento también señala el surgimiento de grupos de autodefensa, conocidos como «brigadas de vigilancia», tras los llamados hechos por políticos y periodistas para que los ciudadanos se organicen y luchen contra la violencia de las bandas.
Estos grupos han desencadenado linchamientos colectivos y han causado la muerte de al menos 75 personas, 66 de ellas miembros de pandillas, en el primer trimestre, según el informe.
En su primera visita oficial a Haití en febrero, Türk instó a la comunidad internacional a respaldar el refuerzo de la policía nacional de Haití y a desplegar urgentemente una fuerza de apoyo para un periodo limitado.
«Reitero mi llamado a la comunidad internacional para que despliegue una fuerza de apoyo especializada, que respete los derechos humanos, y limitada en el tiempo, con un plan de acción completo para ayudar a las instituciones haitianas», insistió el martes el responsable.
«El Estado tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos. La población debería poder contar con la policía y las autoridades judiciales para combatir la violencia de las bandas», dijo Türk.
«Pero la realidad es que el Estado no tiene la capacidad de actuar. La población hace su propia justicia, pero eso solo alimenta la espiral de violencia», advirtió.
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