Se estima que en la República Dominicana se registran cerca de 5,000 amputaciones en el pie al año por pie diabético no traumático. Esto viene derivado de un mal cuidado preventivo en los hogares, pero también por parte de podólogos y pedicuristas, en salones de belleza y quiropedistas.
El mal cuidado en los pies puede derivar a problemas como la aparición de úlceras; de callos duros, grandes o que salen frecuentemente; de uñas encarnadas y grietas en los talones; hongos; deformidades y/o cambios de color en el pie. Incluso, a consecuencia de esto, se llegan a amputar dedos y el pie entero.
Interesado en poner un alto a las consecuencias del mal cuidado de los pies, Pedro Mena, director de la Unidad de Pie diabético del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (Cemdoe), inició el pasado jueves un taller teórico-práctico como parte del proyecto «Salvamento del pie diabético«.
En este taller, dirigido a personal de salones de belleza, pedicuristas y podólogos, el doctor explicó que «el cuidado preventivo de los pies es esencial para todas las personas, independientemente de su estado de salud, ya que la falta de atención adecuada puede derivar en problemas serios», pero sobre todo en los diabéticos.
Hizo un gran inciso en que estas dificultades tienen que ser tratadas por un especialista. «Se ha determinado que los programas de atención al pie que incluyen educación sanitaria y sobre cuidados del pie, exploración regular y detección del grado del riesgo de úlcera, pueden reducir la aparición de lesiones en más de un 50 % de los pacientes» aseguró.
El curso, sobre todo, se enfocó en las personas que sufren de «pie diabético«, pues este tipo de infección y enfermedades se complican en esta situación. Dicha patología ocurre cuando hay niveles inadecuados de glucosa en la sangre y otros factores que provocan un daño en los vasos y nervios, que pueden producir complicaciones a mediano y largo plazo.
El doctor Mena explicó durante la formación que, para detectar si un diabético está desarrollando una complicación, «lo más común es que primero salga un callo hemorrágico«. «Es el primer paso que, si no se trata, se convertirá en una úlcera, y después podría perder los dedos e incluso el pie entero».
Según un estudio hecho por el podólogo español de la Unidad Pie Diabético del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, Jordi Viadé, y el angiólogo y cirujano vascular Josep Royo Serrando, el 85 % de las amputaciones van precedidas de una úlcera, y cada 30 segundos se amputa una extremidad inferior en algún lugar del mundo a causa de la diabetes.
¿De dónde vienen los problemas?
El doctor Mena explica que en su centro se han recuperado 91 pacientes en la sala de cura por situaciones derivadas de un mal cuidado del pie.
Para lograr una pedicura segura, enumera consejos para el día a día:
- Respetar las cutículas, pues son protección para la uña.
- Cortar las uñas rectas.
- No colocar cremas, aceites ni lociones dentro de los dedos.
- Lavarse adecuadamente las manos antes y después de cada pedicura, ya que también podría contaminar. Esto evita la reinfección de una persona a otra con hongos o bacterias y, también, no se contamina el resto de herramientas.
- Secar muy bien los pies.
- Las limas y piedras pómez no son reutilizables, pueden transmitir hongos, virus y bacterias de una persa a otra.
Para el caso de los locales y espacios que traten específicamente esto, como salones de belleza, de pedicura y consultas de podología, añade:
- Mantener el lugar de trabajo limpio.
- Higienizar adecuadamente los equipos con soluciones para esterilizar instrumentales, esterilizadores UV o el utilizado para descontaminar.
- Proteger los ojos y el cuerpo a la hora de tratar a un cliente.
- Evitar eliminar toda la callosidad de los pies, pues son un mecanismo de defensa.
- Utilizar agua a temperatura ambiente. Pues algunas personas, como las que sufren de diabetes, no pueden sentir la temperatura del agua y generarse quemaduras.
Álvaro de Araoz, Diario Libre
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