(AFP) El presidente estadounidense, Joe Biden, obtuvo victorias clave en una cumbre largamente esperada con su homólogo chino, Xi Jinping, pero la estabilidad podría ser de corta duración ante un 2024 potencialmente tumultuoso, con elecciones en Taiwán y Estados Unidos.
Xi, que ha promovido durante años una China más poderosa para desafiar la primacía estadounidense, visitó Estados Unidos por primera vez en más de seis años, mientras la economía de esta potencia asiática enfrenta fuertes vientos en contra.
Al reunirse con Biden en una glamurosa finca en las afueras de San Francisco, en el marco de la cumbre de líderes del Asia Pacífico (APEC), Xi acordó restablecer las comunicaciones militares con Washington y tomar medidas contra los componentes químicos que su país produce para elaborar fentanilo, el analgésico detrás de una epidemia de adicción en Estados Unidos.
«Si piensas en cuánto tiempo ha estado trabajando Estados Unidos en esto, y cuánto ha estado enfatizando a los chinos que estos dos temas son nuestras prioridades, esto es bastante significativo», dijo Yun Sun, investigador principal del laboratorio de ideas Stimson Center.
Para Xi, los resultados son menos tangibles, ya que la administración Biden no da marcha atrás en las sanciones a las exportaciones de alta tecnología que han enfurecido a China.
Aunque el Departamento de Comercio dijo el jueves que, en respuesta a la acción de China sobre el fentanilo, levantaba las sanciones al Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio de Seguridad Pública, que estuvo en la lista de entidades sancionadas en 2020 por supuesta vigilancia masiva de minorías étnicas.
«China quiere tener la oportunidad de centrarse en sus desafíos internos, por lo que tener cierta estabilidad con Estados Unidos será útil», dijo Sun.
– «Cara amigable» para inversionistas –
La visita de Xi se produce cuando China se ha visto sorprendida por un descenso en la confianza de los inversores extranjeros, con la economía frenada por un consumo débil y una crisis del sector inmobiliario, a pesar del fin de las restricciones de la pandemia.
En San Francisco, Xi participó de una recepción y cena con altos ejecutivos estadounidenses, incluido Tim Cook de Apple. Para Dexter Tiff Roberts, experto en temas sobre China del Atlantic Council, las circunstancias económicas están obligando a Xi a poner «una cara amistosa» en Estados Unidos.
«El hecho de que Xi se haya reunido con Biden, y el grado en el que haya ofrecido concesiones», dijo, «tiene mucho que ver con la prolongada crisis que actualmente sufre la economía de China».
Pero el tono podría cambiar rápidamente. Xi y Biden también tuvieron una reunión amistosa hace un año en Bali, pero a los pocos meses las tensiones se dispararon después de que Washington derribara lo que dijo era un globo de vigilancia chino.
Y aunque prometieron reanudar las comunicaciones militares, aún no lo han hecho y China no tiene un ministro de Defensa en funciones.
«A menudo hay un acuerdo para hablar por esos canales, y luego las reuniones nunca se llevan a cabo», dijo Jacob Stokes, investigador principal del Center for a New American Security.
También cuestionó si el diálogo cambiaría el rumbo del Ejército Popular de Liberación, que ha sido acusado de incrementar sus acciones contra los vecinos de China, en particular Filipinas.
– ¿Última reunión antes de elecciones? –
El encuentro de California podría ser el último entre Xi y Biden hasta las elecciones presidenciales estadounidenses, y se esperan las próximas cumbres del Grupo de los 20 en Brasil y la APEC 2024 en Perú, poco después de los comicios del 5 de noviembre.
El predecesor de Biden y aspirante a sucederlo, Donald Trump, había recibido a Xi en su resort de Mar-a-Lago en 2017, pero luego prometió una confrontación sin límites con China. La campaña de Trump acusó a Biden de «venderse» en la cumbre.
Si Xi hubiera rechazado una cumbre, incluso después de meses de diplomacia por parte de la administración Biden y con elecciones inminentes, habría socavado el apoyo en Estados Unidos al compromiso con China, dijo Stokes.
En el calendario también están las elecciones de Taiwán, el 13 de enero. China ha realizado repetidamente ejercicios militares cerca de este territorio reconocido como un estado por Washington pero que Pekín reclama como suyo.
En medio de temores de una fuerte respuesta china, un funcionario estadounidense dijo que Biden pidió a Xi que «respetara el proceso electoral en Taiwán», mientras que Xi renovó su oposición a las ventas de armas estadounidenses a Taipéi y dijo que la «reunificación» era «imparable».
En un nuevo giro que coincidió con la cumbre, los dos partidos de oposición de Taiwán dijeron que unirían fuerzas, lo que presenta probablemente un desafío más difícil al candidato Lai Ching-te del gobernante Partido Popular Democrático, cuya defensa de la identidad separada de Taiwán es rechazada por Beijing.
Un cambio de poder en Taiwán tendría «tremendas implicaciones», dijo Sun, del Stimson Center.
Si bien las diferencias de China persistirían incluso con el Kuomintang, una oposición más amiga de Pekín, se «eliminarían algunos de los puntos de fricción más polémicos», consideró.
Descubre más desde Notiultimas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.