El lingüista, sociólogo e intelectual estadunidense Noam Chomsky habló sobre lo que se puede esperar de un juicio contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien está ante la posibilidad de ser extraditado a Estados Unidos por el gobierno de Gran Bretaña, y opinó sobre las oportunidades y retos que enfrentará el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, que arrancará el primer día de 2023, en entrevista con el portal noticioso brasileño, Diario do Centro do Mundo (DCM).
Assange, preso en la capital británica, puede estar en el territorio estadunidense en cuestión de semanas si la justicia de Londres no acepta su apelación, a pesar de que el tratado de extradición entre Estados Unidos y Reino Unido prohíbe que éste se aplique en casos de “ofensas políticas”, que es el caso del australiano.
Chomsky señaló que la justicia británica ha seguido la pauta de Londres, que es acatar las demandas del gobierno de Washington.
Recordó que Estados Unidos acusa a Assange de “difundir información sensible” que fue publicada en diarios del mundo, por lo que Londres no tenía motivos reales para encarcelarlo después de que la embajada de Ecuador en la capital británica le quitó el asilo.
Afirmó que los cargos en su contra “son triviales”, por los que ha estado preso más de una década, en lo que incluso la Organización de Naciones Unidas consideró un acto de tortura.
Señaló que es probable que Estados Unidos lo juzgue por espionaje, que es un cargo muy grave. “Si tuviéramos una Suprema Corte honesta, esto no sería una posibilidad”.
Opinó que lo que hará Estados unidos es recurrir a expertos legales que apliquen los tecnicismos necesarios para que no parezca que los cargos contra Assange son puramente políticos y no se note que no hay un delito real qué perseguir. Recordó que el “crimen” de Assange fue sólo difundir información que el público tenía derecho a conocer.
Citó al politólogo Samuel Huntington, quien dijo que “el poder es efectivo cuando se mantiene en la oscuridad, a la luz, se empieza a evaporar”, y afirmó que por este motivo “se va a distorsionar el lenguaje legalista” en contra del fundador de Wikileaks.
En cuanto a Lula, celebró que éste sea la forma de revertir los años del gobierno de extrema derecha del presidente saliente Jair Bolsonaro, en una tendencia que ya se vio en Colombia y Chile.
Indicó que entre los deafíos de Lula está el hecho de que Brasil está dividido y gran parte de la población se opone a él, y no son sólo las empresas que mantienen la destrucción ilegal de la Amazonia, sino también muchas personas pobres que son explotadas por las industrias depredadoras del medio ambiente como la minería y la agricultura de deforestación, pues es la única forma en que estos sectores pueden subsistir.
Agregó que a nivel geopolítico, es un hecho que inversionistas preferían a la administración anterior, afecta a la privatización y a regalar todo lo que había en Brasil al capital privado.
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