Alemania desbanca a EEUU y se enfrentará a Serbia por el título en la Mundial de baloncesto

Es el segundo Mundial consecutivo en el que Estados Unidos no estará en la final.

(EFE) Alemania logró este viernes en Manila (Filipinas) lo que parecía imposible: dejar a Estados Unidos sin final, por segundo año consecutivo para los norteamericanos. Y lo hizo de manera más que meritoria (111-113), con una actuación coral para enmarcar, con la que minimizaron a la absoluta favorita para alzar el torneo, que a punto estuvo de darle la vuelta al marcador con un último cuarto abrumador.

El partido fue una oda al baloncesto ofensivo, una final anticipada entre dos equipos que bien fueron merecedores de haber peleado por la corona mundial. Al descanso, 119 puntos anotados, récord histórico. Un espectáculo en el que la defensa, pese a estar en un partido FIBA, pasó a un segundo plano.

Alemania, sin complejos y sin miedo ante la todopoderosa Estados Unidos, quería alcanzar por fin su primera final de un Mundial; el ‘Dream Team’, por su parte, plagado de talento joven que no estará en los Juegos Olímpicos, a los que acudirán las grandes estrellas de la NBA, quería hacer valer los pronósticos que la colocaban como finalista. Ninguno quiso dar su brazo a torcer.

Empezó mejor Alemania, que consiguió una buena ventaja de 6 de puntos en los primeros minutos. Una muy buena carta de presentación con los Franz Wagner (24 puntos) y Andreas Obst (22) brillando que ya puso sobre el tablero las intenciones de una Alemania que, con su juego combinativo, con pases precisos, rápidos y con sentido dentro de la zona, desarboló la defensa estadounidense. Y con una discreta actuación de Dennis Schroeder (17), que esperó a los compases finales para erigirse como pieza clave.

Reaccionó el combinado norteamericana de la mano de Austin Reaves (21 puntos) y Anthony Edwards (23) al final del primer cuarto, que restablecieron la igualdad a 29 para encarar finalmente el túnel de vestuarios dos por debajo de los germanos (31-33). Apareció el ‘Team USA’ justo para evitar que Alemania se marchara fácil en el marcador.

El ritmo no dio tregua en el segundo cuarto. Un duelo sin complejos, sin miedo y plagado de talento en ambos lados. Franz Wagner y Andreas Obst lideraron el sólido bloque alemán en el primer tiempo con 12 y 9 puntos, respectivamente. Edwards, Reaves y Bridges dieron el do de pecho por el lado americano y decantaron la balanza por la mínima (60-59). La igualdad era máxima. Las sensaciones de que todo abierto y de que el partido volvía a empezar se apoderó del Mall of Asia Arean de Manila (Filipinas).

No le pudo la presión a Alemania, que con personalidad fue capaz de apagar poco a poco a la selección que entrena el mítico Steve Kerr y darle la vuelta al marcador, rubricando incluso una ventaja de 9 puntos (75-84) que puso contra la lona a unos Estados Unidos que se fueron 10 abajo (84-94), acostumbrados a estas alturas de partido, salvo contra Lituania, a ir mandando con holgura en el marcador.

Un tercer cuarto perfecto del combinado germano, con un parcial total del 24-35 que mostró las virtudes de esta gran Alemania que tenía en la palma de su mano la primera final de su historia. Sufrió más de lo esperado, Estados Unidos no se bate tan fácil, pero no la dejó escapar.

Entre Wagner, Obst y Theis, soberbios durante todo el partido, y la aparición clave de Schroeder, Alemania se encargó de cerrar el perfecto trabajo que habían iniciado. Tuvo que aguantar las embestidas de Estados Unidos, que a falta de cuatro minutos estaba solo 6 abajo (100-106). Un triple de Edwards redujo a tres la ventaja (103-106). El combinado norteamericano había reaccionado con un parcial de 9-0 y aplacó la euforia alemana, que en ese momento tuvo que sacar a relucir toda su personalidad.

Y quién mejor que el líder de esta selección que en cuartos tuvo, según sus palabras, el peor partido de su carrera. Schroeder anotó una canasta balsámica que dio respiro. Obst anotó de tres (107-111) tras sendos fallos del propio Schroeder y de Edwars.

Final de infarto. Gran defensa de Bonga y canasta de Schroeder. Volvió a golpear EEUU (109-113) y, con todo a favor para acercarse en el marcador, Edwards, suspendido en el aire, perdió la posesión a falta de 30 segundos cuando tenía todo para tirar. Reaves anotó, pero fue insuficiente (111-113), restaba menos de un segundo en el marcador.

Alemania jugará la primera final de su historia con el aval de haber dejado a la todopoderosa Estados Unidos por el camino. En frente tendrá a Serbia, que llega con el gran aliciente de haber dejado también fuera a la favorita Canadá. Duelo del baloncesto europeo por heredar la corona mundial.


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