Las Vegas (EFE).- Los Indiana Pacers, con otra exhibición imponente de Tyrese Haliburton, disputarán este sábado la primera final del NBA In-Season Tournament tras superar este jueves en Las Vegas (EE.UU.) a los poderosos Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo y Damian Lillard por 128-119.
Estos impetuosos, rebeldes y fascinantes Pacers jugarán la primera NBA Cup de la historia ante el vencedor de la otra semifinal, que tendrá lugar esta noche entre Los Angeles Lakers y los New Orleans Pelicans también en la ciudad del juego.
Indiana, que jamás ha conquistado un título de la NBA (sí tiene tres trofeos de la ABA), ha sido la gran sensación de este nuevo torneo estilo copa, ha ganado sus seis encuentros y en las rondas eliminatorias ha sometido a dos gigantes del Este como los Bucks y los Boston Celtics.
Haliburton, el nombre de moda ahora mismo en la NBA, confirmó que su carrera apunta ya al infinito y destrozó a los Bucks con 27 puntos, 7 rebotes y 15 asistencias con una asombrosa demostración de eficacia: no perdió ni un solo balón y firmó un fantástico 11 de 19 en tiros de campo.
Myles Turner (26 puntos, 10 rebotes y 3 tapones) también destacó para los Pacers en un partido de rachas para los dos equipos pero en el que Indiana se mostró mucho más acertado en el tramo final (25-37 en el último cuarto).
Antetokounmpo fue un titán en los Bucks con 37 puntos (13 de 19) y 10 rebotes. Lillard sumó 24 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias pero se mostró intermitente: se salió en el tercer cuarto con 16 puntos pero apenas aportó en el resto del partido con un 7 de 20 en total.
Duelo de tú a tú
Frente a la arrolladora y ultraofensiva propuesta de los Pacers, el equipo con mayor promedio anotador de la liga (128,4 puntos por encuentro), los Bucks, que son el tercero de esa lista (122,3), respondieron de tú a tú en un inicio de ataques muy rápidos y con escaso interés por defender.
Dos triples seguidos de Brook López y la insistencia de Antetokounmpo (10 puntos en el primer periodo) en la pintura abrieron el primer hueco para los Bucks (19-12 con 7.03 por jugarse).
Pero los ajustes de Rick Carlisle tras un tiempo muerto surtieron efecto, los Pacers mejoraron y Turner, con 10 puntos en el primer cuarto, sujetó a los suyos (29-27) pese al triste 1 de 7 en triples en el arranque.
La segunda unidad de Indiana entró al partido pisando muy fuerte. T.J. McConnell y Bennedict Mathurin ofrecieron intensidad y esfuerzo en ambos lados de la pista y los Pacers tomaron las riendas del marcador.
Frente a unos Pacers al alza y con chispa en cada acción, los Bucks se bloquearon con 6 pérdidas en un segundo cuarto en el que no encontraron respuestas fáciles al ritmo de sus rivales, ya bailando y disfrutando al compás de Haliburton (11 puntos y 7 asistencias al descanso).
Antetokounmpo brilló para Milwaukee (20 puntos en la primera mitad), pero Lillard sufrió con un pobre 2 de 10 en tiros y solo 4 puntos para unos Bucks que, con malas sensaciones, llegaron a perder de 12 puntos y que se fueron al intermedio con un marcador de 51-63 tras un contundente 22-36 en el segundo cuarto.
Lillard despierta, Haliburton sentencia
El descanso le vino de maravilla a los Bucks, especialmente a un Lillard que regresó a la cancha con el cuchillo entre los dientes.
Todo lo que no había hecho hasta entonces lo sacó a relucir de golpe, con un tramo espectacular de 4 de 4 en triples en poco más de seis minutos que impulsó un enorme parcial de 25-9 para que Milwaukee volviera a controlar el partido (76-72).
No solo cambiaron las cosas en ataque, ya que los de Adrian Griffin, más físicos y concentrados y alternando individual y zona, reforzaron su defensa ante unos Pacers que ahora sí parecían desconectados.
El viento soplaba entonces a favor de los Bucks, que dominaron el tercer cuarto con un apabullante 43-28, pero los Pacers llegaron vivos gracias a la aportación constante de Haliburton y un triple en los últimos segundos de Aaron Nesmith.
El encuentro entró en un terreno desconocido hasta ahora para la NBA en diciembre con un último cuarto muy emocionante y con los dos equipos a tope de revoluciones, intercambiándose el dominio en el marcador y sin reservar absolutamente nada.
Los actores secundarios entraron a escena. López puso su granito de arena en defensa y ataque para los Bucks, mientras que en los Pacers Bruce Brown golpeaba la zona central de la zona de Milwaukee y Turner se ponía las botas en el interior (110-113 con 3.26 para el final).
No obstante, la sentencia la puso, quién si no, Haliburton, con un triple letal a falta de 50 segundos que situó un +8 para los Pacers que resultó definitivo.
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