Un petrolero en deterioro podría provocar una catástrofe ambiental de magnitud histórica

En 1989 el petrolero Exxon Valdez causó uno de los mayores derrames de petróleo en el océano en la historia de la humanidad. Sin embargo, otro petrolero está al borde de una catástrofe que podría mermar con su escala al accidente ocurrido hace tres décadas.

Se trata del petrolero yemení FSO Safer, que ha sido convertido en un almacén de crudo flotante en 1986. Es un buque antiguo que nació en 1975, y ahora en el contexto de la guerra en Yemen no recibe mantenimiento técnico desde hace años.

Como resultado de ello, el buque de 375 metros de eslora se está deteriorando a un ritmo horripilante y amenaza con verter más de un millón de barriles de crudo al mar Rojo. A modo de comparación, el Exxon Valdez tenía cuatro veces menos petróleo a bordo, y las consecuencias de aquel accidente siguen impactando en los ecosistemas locales.

Según la ONU, en los ocho años que lleva el conflicto armado, el buque se está haciendo cada vez menos estable y está en riesgo de partirse en dos o explosionar. Por ello, la organización internacional inició una recaudación de fondos para prevenir una catástrofe.

A fecha de hoy ha sido posible recaudar tan solo 39 millones de dólares de un total que asciende a los 144 millones que hacen falta para llevar a cabo la operación de vaciado y limpieza del FSO Safer, y remolcarlo hasta un desguace. Se estima que de esta suma unos 80 millones de dólares se destinarán a remover el petróleo desde dentro del buque.

Se informa que la Unión Europea donó tres millones de euros, mientras que hasta el momento EEUU no participó ni con un centavo. Pero se trata de una carrera a contrarreloj, pues la ONU apunta a realizar la misión antes de septiembre de 2022, que es cuando los vientos y las tormentas llegan a la región y podrían rematar al FSO Safer en decadencia.

Nature Sustainability publicó un estudio para evaluar las potenciales consecuencias que podría acarrear el derrame de este petrolero, y los datos son realmente aterradores. Aparte de los obvios daños ecológicos, cerraría los puertos yemeníes de Salif y Hudaydah, lo cual empeoraría la ya imparable catástrofe humanitaria que está viviendo el país. Y es que un 70% de la ayuda humanitaria entra precisamente por estos puertos.

El informe también destaca que unos nueve millones de personas perderían acceso a agua potable, pues visto el clima árido de Yemen, existe una gran dependencia de las estaciones de desaliñado del agua del mar Rojo. Esto también eliminaría por completo la industria pesquera del país.

Además, una consecuencia del derrame de semejante escala sería una fuerte contaminación del aire en la región, lo cual también ha sido modelado por los autores del artículo de Nature Sustainability. Lo que exacerba el problema es que la mayor densidad de población se observa precisamente en las regiones cercanas a las costas de Yemen.

En la ONU destacan que incluso si no se llega a reunir todo el dinero, se procederá a extraer parte del crudo del FSO Safer a otros buques petroleros. Visto el hecho de que incluso el videojuego Fortnite logró recaudar para Ucrania la misma suma, aún existe la esperanza de que se logre reunir los 144 millones de dólares y prevenir así una catástrofe medioambiental histórica.