Está de vuelta un animal que se creyó extinguido por 40 años en Argentina (Vídeos)

Un activista ambiental quedó atónito al ver y grabar con su teléfono la aparición de una nutria gigante, una especie que se creyó extinta por 40 años en Argentina y más de un siglo en la región donde fue reencontrada. Ahora los científicos buscan sus rastros para develar el misterio de cómo resurgió el animal.

No es el monstruo del Lago Ness ni Nahuelito, su versión argentina del lago Nahuel Huapi, pero también emergió de las aguas para causar asombro. A diferencia de los dos primeros, no se trata de una especie mitológica sino de una nutria gigante que con su aparición confirmó que no está extinta, como se creía desde los años 1980.

El hallazgo se produjo en el río Bermejo, un curso de agua que atraviesa la provincia del Chaco, noreste argentino, pasando por el Parque Nacional El Impenetrable, una zona protegida célebre por el grado de conservación de su fauna. La importancia ecológica del parque hace que en ella coincidan varias organizaciones ambientalistas como la Fundación Rewilding Argentina, cuyo objetivo es «enfrentar y revertir la extinción de especies».

En mayo, el director de Conservación de la organización, Sebastián Di Martino, decidió hacer un alto en su trabajo cotidiano en la Estación de Campo El Teuco —una instalación científica dentro de El Impenetrable para el estudio de su fauna— para dar un paseo en kayak por el río.

«Al poco tiempo escuchó un chapoteo en el agua, parecía ser un lobito de río. Se detuvo a observarlo, ya que no suele ser una especie muy frecuente pero un grito que produjo el animal lo alertó», describió la fundación en una publicación posterior.

¿Cómo es una nutria gigante?

Di Martino conocía ese sonido de su trabajo junto a Coco, Alondra y Nanay, tres ejemplares de nutria gigante que la organización introdujo desde Europa con la finalidad de reproducir la especie en el país. El hombre tomó su teléfono celular para registrar el avistamiento: cuando el animal mostró su pechera blanca, confirmó que acaba de presenciar algo histórico.

En efecto, la nutria gigante es una especie que se ha considerado extinta en Argentina por más de cuatro décadas. El último avistamiento de ejemplares autóctonos de nutrias gigantes había sido en 1980 pero en el río Bermejo no se reportaban desde al menos cien años.

El nombre científico de la especie es Pteronura brasiliensis, aunque en Argentina suele ser conocida como lobo gargantilla o ariray. Una de sus características más reconocibles es la mancha blanca en el cuello, que difiere en cada ejemplar a modo de huella digital única. En el caso del ejemplar avistado en mayo, al que la organización bautizó Teuco, la mancha es grande y alcanza incluso a su pecho.

A partir del avistamiento, los científicos de El Impenetrable intentaron establecer la razón por la que Teuco apareció en solitario en el río Bermejo. Según la Fundación Rewilding, la hipótesis más sólida es que la nutria gigante haya nadado por más de 1.000 kilómetros desde el Pantanal paraguayo o brasileño.

Buscando a Teuco

La aparición de una nutria gigante despertó un interés inusitado. El avistamiento fue reportado por medios internacionales como el diario británico The Guardian o la revista estadounidense Smithsonian.Los integrantes de Rewilding no se quedaron con las manos quietas: al saber que un ejemplar salvaje de nutria gigante estaba en la zona, comenzaron a seguir su rastro, en procura de conocer mejor sus hábitos fuera del cautiverio. Para eso realizaron una travesía de cuatro días en kayak por el río Bermejo y sus lagunas.

«Teuco dejó sus rastros en la laguna de desborde del río Bermejo donde los registramos unos días atrás. En las barrancas excavó una madriguera donde seguramente pasó varias noches, ya que en la misma se observaban sus huellas y el ‘tobogán’ de bajada desde la boca de la madriguera hasta el agua», describió la organización.

Días después, los activistas también ubicaron una de sus «letrinas», zonas en las que defecan y orinan. Cuando los animales se encuentran en grupo, todos utilizan la misma letrina, un hábito con el que marcan su territorio, «afianzan sus lazos» y preparan su reproducción. Al encontrarse solo, Teuco dejó pequeñas letrinas cerca de la laguna.

Los investigadores aún desconocen el sexo de Teuco, aunque el hallazgo de la letrina puede ser clave para determinarlo a partir del análisis de las heces. Las pruebas también podrían aportar datos sobre el origen del animal, una de las incógnitas que aún desvela a Rewilding. De hecho, la organización no pierde las esperanzas de que la mancha blanca en el cuello de la nutria gigante permita —al ser única— saber si el ejemplar fue reportado como desaparecido por alguna otra organización río arriba.

Para Rewilding, el hallazgo refuerza la necesidad de incrementar los controles en el río para «alejar la pesca y la caza furtiva que hoy son tan comunes en su cauce» y que todavía constituye una de las mayores amenazas para las especies autóctonas en peligro. Apostar por el ecoturismo de observación de fauna es otra de las actividades que pueden contribuir a la conservación de las especies, agregan.

Pero mientras la búsqueda de Teuco prosigue, las nutrias gigantes dieron otra buena noticia: Coco y Alondra, dos de las nutrias importadas por la organización, tuvieron tres crías. Los cachorros son las primeras nutrias gigantes en nacer en Argentina de la que se tiene registro en décadas, lo que despierta la esperanza de volver a tener la especie en el noreste argentino.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

17 − 9 =