PARÍS (Reuters) – Es la clásica combinación romántica: San Valentín en París, la ciudad del amor y un regalo de rosas rojas. Pero algunos floristas parisinos están tratando de alejar a los clientes de las flores debido a su costo ecológico.
La mayoría de las rosas vendidas en Francia en el período previo al Día de San Valentín, un período pico de ventas para la industria mundial de las flores, deben importarse por transporte aéreo desde países como Kenia, lo que genera emisiones de carbono que contribuyen al cambio climático.
Los floristas preocupados por el daño ambiental de este comercio dicen que hay alternativas viables que se pueden cultivar localmente y están tratando de alentar a los clientes a que las prueben.
Se enfrentan a una lucha cuesta arriba, porque la tradición de regalar rosas rojas en el Día de San Valentín, que cae el 14 de febrero, está muy arraigada en muchas culturas.
Hortense Harang, fundadora de una floristería en línea llamada «Fleurs d’Ici», que en francés significa «Flores de aquí», ha encabezado la campaña para alejar a la gente de las rosas.
«Las rosas rojas son tan de la década de 1950», dijo.
“Las rosas son algo que está completamente prohibido en esta temporada porque básicamente no tiene sentido comprar rosas. Las rosas no crecen bajo nuestras latitudes en esta temporada ”.
Su campaña ha ganado apoyo. “No es lógico tener flores del otro lado del planeta si podemos conseguirlas localmente”, dijo Edith Besenfelder, una florista parisina de 46 años que trabaja con flores locales y de temporada.
Pero los viejos hábitos tardan en morir. Celine Argente, la propietaria de 40 años de la florería Sylvine en París, dijo que había estado animando a los clientes a comprar tulipanes rojos como una forma de declarar su amor. Pero a pesar de eso, su tienda esta semana estaba repleta de rosas rojas para satisfacer la demanda.
“Es un clásico del que la gente no puede cambiar”, dijo. «La rosa roja sigue siendo la flor del Día de San Valentín».