Moscú, 1 jun (EFE).- El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, llamó hoy a los países del grupo BRICS -Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica- a unir fuerzas para fortalecer y reformar la ONU, principal garante del derecho internacional, a fin de hacer frente a los peligros y retos de la contemporaneidad.
«Apoyamos la iniciativa (…) de que los ministros de los países BRICS envíen una señal fuerte y conjunta a favor de fortalecer y reformar el sistema multilateral sobre la base inquebrantable del derecho internacional», afirmó durante una reunión telemática de ministros de Exteriores del foro.
Esta iniciativa, propuesta por la delegación de la India, estará encaminada a confirmar «el papel central de la organización más universal e inclusiva, la ONU», señaló.
«Y el voto unido de los BRICS al respecto es necesario como nunca antes», aseguró.
Lavrov lamentó que en el contexto de la pandemia del coronavirus «se hayan incrementado las tendencias negativas en las relaciones internacionales y hayan crecido el potencial de conflictos y los riesgos de la destrucción del sistema de estabilidad estratégica».
«El egoísmo nacional, el deseo de garantizar posiciones dominantes a cualquier precio y el desprecio hacia los intereses de otros países socavan las bases del sistema multilateral creado tras la Segunda Guerra Mundial, cuya piedra angular es el derecho internacional», declaró.
El jefe de la diplomacia rusa puntualizó que se refería «a los estatutos de la ONU y no a ciertas reglas que inventan nuestros colegas de Occidente».
Según Lavrov, «en estos momentos crece la cantidad y complejidad de los retos que afronta la comunidad internacional, el desarrollo estable del planeta, que incluyen las amenazas de terrorismo, el delito transnacional, incluyendo el espacio digital, el cambio climático, la profundización del abismo entre ricos y pobres».
«Estos problemas solo se pueden resolver de conjunto», insistió.
El titular de Exteriores ruso destacó el papel primordial del grupo BRICS «en la solución de los problemas globales de la contemporaneidad», al calificarlo de «ejemplo de una multilateralidad auténtica, inclusivo, universal y no discriminatorio».