La joven, una estadounidense de 21 años, era una amante de los animales y activista por el cambio climático.
Una mujer estadounidense llamada Kami Lindsey arriesgó su vida para intentar salvar a su hija Jordan, de 21 años, del acoso de tres tiburones que la devoraron parcialmente, dejándola mortalmente herida, mientras ambas buceaban juntas en la isla Rose (Bahamas), informan medios locales.
La mujer, que se encontraba a pocos metros de distancia de su hija, cuando ocurrió el ataque, vio con sus propios ojos cómo los escualos rodearon a la joven y la atacaron. «Ella dijo que ocurrió muy rápido y nadie gritó nada«, dijo el padre de la víctima, detallando que su mujer solo pudo recuperar el cuerpo de su hija y arrastrarlo hasta la orilla.
Jordan perdió el brazo derecho y sufrió mordeduras en el brazo izquierdo, ambas piernas y las nalgas, por lo que perdió mucha sangre. Poco después fallecía en un hospital de Nassau, la capital del país caribeño, a donde fue trasladada.
«Algunas personas que estaban en el agua en ese momento describieron la escena como de lo más terrible», dijo un turista que logró fotografiar a dos de los tiburones tras el ataque.
Se cree que esta es la primera muerte relacionada con tiburones ocurrida en las Bahamas en los últimos diez años. La familia de la víctima, que estaba de vacaciones en el lugar, creó una página en GoFundMe para recaudar 25.000 dólares con la intención de costear los gastos de repatriación del cadáver de su allegada, una amante de los animales y activista por el cambio climático.