La ONU alerta sobre la posibilidad de una guerra nuclear «por error»

La ONU advierte sobre el aumento del riesgo de una guerra nuclear, que podría comenzar por error debido a la falsa activación de los sistemas automáticos de detección temprana de misiles balísticos u otros sistemas de vigilancia militar.

Numerosos estados del mundo disponen de una gran cantidad de componentes de alta tecnología que se pueden utilizar con fines militares. Son satélites, aeronaves no tripuladas y varios sistemas de radar que se comunican entre sí a través de las redes informatizadas.

Así, como resultado de un fallo de uno de estos sistemas, algún país puede confundirlo con un verdadero ataque de misiles y contraatacar. Estos errores pueden desencadenar una guerra nuclear real y eliminar la vida en nuestro planeta.

El Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme —UNIDIR— publicó un informe que destaca que los riesgos de una guerra nuclear ‘equivocada’ crecen a medida que aumenta el número de sistemas automáticos complejos en los arsenales bélicos de los países.

Según el informe, «una mayor dependencia de sistemas automatizados puede conducir a la confianza errónea, además de introducir nuevos puntos de vulnerabilidad».

El documento afirma que en la actualidad muchos países pequeños se están convirtiendo en potencias nucleares sin disponer de sistemas de control adecuados. De esta manera, los nuevos poseedores de las armas de destrucción masiva no serían capaces de defenderlas ante la amenaza terrorista.

No obstante, incluso los países más grandes pueden sufrir fallos en sus sistemas militares. Así, el informe recuerda el incidente del Equinoccio de Otoño del 26 de septiembre de 1983, que pudo ser el último día de vida en nuestro planeta.

El hombre que salvó al mundo del ‘Juicio Final’

En aquel día otoñal, el sistema de detección de misiles de la URSS registró una amenaza en forma de cinco misiles nucleares supuestamente lanzados desde el territorio de EEUU en dirección a la capital rusa. Según el protocolo, si se detectaba un lanzamiento, el país soviético tenía que responder con sus propios misiles.

El teniente coronel Stanislav Petrov, responsable de monitorear el sistema en aquel momento en el búnker Sérpujov-15 de Moscú, pensó que había algo muy raro. Le pareció que si Washington tenía planeado lanzar un ataque global, no tenía mucho sentido hacerlo con tan solo unos misiles. Y él ignoró la amenaza en vez de alertar al mando, esperando hasta que los radares confirmaran la amenaza.

Finalmente, el radar confirmó que no se había producido ningún lanzamiento. La investigación posterior reveló que había un error en el sistema de detección de misiles. Así el teniente coronel Petrov salvó a la Tierra de una guerra nuclear. El incidente se dio a conocer solo en 1998 y no fue hasta 2004 que le concedieron el Premio al Ciudadano del Mundo (World Citizen Award).

No obstante, es muy probable que este tipo de incidentes vuelvan a ocurrir en el mundo moderno, en condiciones de una tensión geopolítica entre Rusia y los países occidentales o entre EEUU y Corea del Norte.

Amenaza de hackeos

Las conexiones digitales entre las armas nucleares y otros sistemas, generan un riesgo adicional de que se desencadene un conflicto nuclear accidental.

«El mito de que las instalaciones nucleares están físicamente aisladas —en otras palabras, no conectadas a la red— va desapareciendo», dice el informe.

De esta manera, para emprender ataques contra instalaciones nucleares, los hackers pueden utilizar las redes virtuales privadas —VPN—, que les permitirán aprovechar las vulnerabilidades de los sistemas informáticos.

Además, existe el riesgo de que hackeen las redes internas de WI-FI de las bases militares o arreglen entregas de hardware y software con virus incorporados.

Los submarinos nucleares también están conectados a la red y reciben datos de la temperatura o la salinidad del agua por medio de señales electromagnéticas. Estas hacen que los sumergibles se vuelvan vulnerables a las interferencias externas.

Así, un hacker potencial puede hacer que un submarino nuclear reciba una señal de ataque errónea, lo que, por su parte, provocará que la tripulación tome medidas recíprocas.

De esta manera, los autores del documento concluyen que todos los sistemas militares, incluidos los sistemas de comunicación entre el mando y las plataformas de lanzamiento, se encuentran bajo la amenaza de desatar una guerra nuclear por error.

Tanto las anomalías naturales, como terroristas y hackers pueden provocar una falsa alarma de los sistemas automatizados.

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