Sin Naciones Unidas, el mundo sería «la ley de la selva», dice Susana Malcorra

Madrid, 24 oct (EFE).- La excanciller argentina Susana Malcorra, quien fuera jefa de gabinete del exsecretario general de Naciones Unidas Ban Ki Moon, es consciente de las limitaciones y obstáculos a los que se enfrenta el organismo internacional pero considera que sin su trabajo en el mundo reinaría «la ley de la selva».

En una entrevista telefónica con EFE por el día internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la actual presidenta de GWL Voices (Voces de las mujeres líderes globales) reclama más lugar para las mujeres en las instancias de poder e invita a trabajar para mejorar la institución.

Fundada en 1945, cuando el mundo aún asistía a los horrores de la Segunda Guerra Mundial, la ONU actualmente está formada por 193 países.

Además de sus dos espacios de diálogo y concertación más importantes, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General, basa su funcionamiento en agencias, fondos y programas de desarrollo en temas como infancia, género, paz, migración o cambio climático.

Conocedora del sistema de Naciones Unidas, donde trabajó coordinando misiones de paz y en el Programa Mundial de Alimentos y llegó a presentarse para ser secretaria general, defiende que la institución necesita «mejoras» pero valora el trabajo que ha realizado durante estos 77 años.

«Todo el mundo, sobre todo la gente joven, tiene montada su estructural mental en torno a los Derechos Humanos, si no existiera la ONU no había existido esto, fue plasmado desde y por la ONU», explica.

UN MUNDO INTERCONECTADO QUE VA HACIA SISTEMAS PROTECCIONISTAS

En el momento actual con la pandemia de la COVID-19 aún presente y una guerra en Europa que influye en las economías de todo el globo, Malcorra recuerda que «todo tiene que ver con todo» y pide «conjugar» mejor los intereses individuales de los ciudadanos con los retos comunes.

«Tenemos que lograr que los ciudadanos entiendan y se hagan cargo no solo de sus países sino también del mundo y de cuáles son las cosas del día a día que no solo tienen impacto en lo suyo sino en todos», incide.

La excanciller argentina recuerda que hay muchos otros conflictos más allá del que sucede en suelo ucraniano, pero explica que este «tiene un impacto financiero en el mundo», que puede traer mayores «desigualdades entre los países y adentro de los propios países».

«El costo del dinero para los países es mayor y la deuda soberana es insostenible, Europa y Estados Unidos han hecho una gran inversión en fondos de recuperación, pero el resto del mundo no tiene ese margen fiscal», manifiesta.

Una situación que, según dice, algunos proponen solucionar «con respuestas simples en Twitter» que la ciudadanía «busca» por su desafección con la política y las instituciones.

«Hay una tentación en todo esto, estamos con una tendencia hacia gobiernos cada vez más autoritarios, que no ven los valores de democracia como valores con significado y se torna preocupante cómo la visión proteccionista empieza a tomar vuelo y se torna una posibilidad no menor», analiza.

EL REZAGO DE LA AGENDA 2030

La argentina lamenta que la Agenda 2030, la estrategia de desarrollo de Naciones Unidas desde 2015 a 2030, se haya visto lastrada por la pandemia y ahora por la guerra en Ucrania.

«Es uno de los grandes logros de Naciones Unidas, que nace de las prioridades de la gente y fue aprobada por aclamación por todos los miembros, hasta el Papa estaba allí cuando se aprobó (en 2015), parecen mundo tan distinto…», dice.

Malcorra insiste en que los objetivos de la agenda, que pretendía acabar con el hambre y la pobreza, lograr la igualdad de género o lograr una producción y consumo responsable, eran «muy ambiciosos» y ponía a los países del mundo «en movimiento en el camino correcto».

«Conectaba a la gente con el planeta y la prosperidad, pero la pandemia nos ha partido por la mitad, todos los indicadores han retrocedido, tenemos que remontar eso», asevera.

Por ello pide a la gente «participar»: «es fundamental, no podemos estar insatisfechos con las instituciones que tenemos, con la democracia, si no somos parte activa de ella, la gente tiene que participar en lo que sienta que le cabe».

Alude a la defensora del medio ambiente Greta Thunberg y pide seguir su ejemplo.

«Hay que elegir los temas en los que participar y ser parte de la solución, yo tengo mucha expectativa con la gente joven, está empezando a tener una visión más madura y holística, en contraposición de los mayores, de lo que la gente necesita», asegura.

Por ello, en el 77 aniversario de Naciones Unidas, donde hay «muchas naciones unidas», llama a «ser ciudadanos responsables».

«No solo con una visión local sino con una visión más amplia porque, nos guste o no, no tenemos otro planeta y los cambios hay que hacerlos pensando en eso», remacha. 

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