Fútbol para devolver la ilusión a los amputados en Gaza

Con 12 años, Abdel Rahman Nofel no esperaba poder volver a jugar al fútbol después de haber sido herido de bala en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel. Pero pese a haber sido amputado de una pierna, está disputando un partido, apoyado en sus muletas.

Este joven es uno de los miles de palestinos heridos en las manifestaciones o disturbios que se suceden desde hace un año en el límite entre la Franja e Israel.

Forma parte también de uno de los seis equipos de mutilados que existen actualmente en este enclave palestino y que disputan el sábado su primer torneo, con el apoyo de Cruz Roja.

La Franja de Gaza, entre Israel, Egipto y el Mediterráneo, es escenario desde marzo de 2018 de una movilización por los derechos de los palestinos y contra el bloqueo impuesto desde más de una década por el Estado hebreo.

Israel justifica ese bloqueo por la necesidad de contener al movimiento islamista Hamás, que dirige este enclave y no reconoce el Estado hebreo. Israel y Hamás se han enfrentado en tres guerras desde 2008 y el enclave se ha visto castigado por esos conflictos y la pobreza.

Todas las semanas, grupos gazatíes acuden a protestar a la frontera, custodiada por los israelíes. Una parte de ellos se acercan y lanzan piedras y otros objetos, mientras los soldados israelíes responden con material antidisturbios y con balas reales.

La mayor parte de los participantes en las protestas se mantienen a una distancia supuestamente más segura, en ocasiones reunidos en familia y con niños. Pero incluso allí pueden ser víctimas de balas perdidas.

– Ídolo Messi –

AFP / SAID KHATIBUn grupo de palestinos amputados en un entrenamiento de fútbol en Deir Al Balah, en la Franja de Gaza, el 11 de abril de 2019

Abdel Rahman Nofel jugaba al fútbol con amigos en esa zona, cuenta él mismo, cuando fue alcanzado por una bala. Fue trasladado a la Cisjordania ocupada, donde recibió su prótesis.

Apasionado por el fútbol, igual que muchos niños palestinos, en un primer momento creyó que ya no volvería a jugar, pero entonces su padre recibió una llamada de teléfono.

Al otro lado de la línea estaba un miembro del que iba a ser el futuro equipo de Abdel. «Le dijeron que había un partido para amputados», recuerda este adolescente.

Hoy es el integrante más joven de su equipo y sueña con emular de alguna manera a su gran ídolo, Lionel Messi.

«Perder una pierna no hace que te tengas que quedar encerrado, que ya no sirvas para nada», afirma Simon Baker, secretario general de la Federación Europea de Fútbol para Personas Amputadas, que viajó a la Franja para asistir al partido.

«El deporte, sea cual sea, es un medio excelente para reconstruirse y para reinsertarse en la sociedad después de una vivencia traumática o una enfermedad», subraya Baker, que perdió una extremidad en un accidente.

La Franja de Gaza tuvo sus primeros equipos de amputados antes del movimiento de protestas iniciado en marzo de 2018. Las guerras y los actos violentos extendidos en el tiempo han dejado un número importante de mutilados, aunque la cifra ha aumentado en los últimos meses.

– Pudor futbolístico –

Más de 200 palestinos han muerto por los disparos israelíes a lo largo de la frontera en los últimos doce meses. Dos israelíes murieron en las tensiones en el último año.

Más de 6.500 palestinos han resultado además heridos por bala, la inmensa mayoría en una pierna, y unos 125 han sido amputados, según las estadísticas palestinas.

Israel, acusada de un uso excesivo de la fuerza por los palestinos y por organizaciones de defensa de los derechos humanos, dice que únicamente se dedica a defender su frontera.

Simon Baker afirma que quiere dejar el fútbol al margen del conflicto israelí-palestino. «Ninguno de estos jugadores habla de lo que le pasó y no se lo pido porque estamos aquí para jugar al fútbol», dice.

Jaled Al Mabhooh, de 32 años, es el entrenador del equipo y afirma que se enfada cuando piensa en el número de heridos. Él no ha sufrido amputaciones.

Los responsables del equipo se quejan también de falta de medios, de los pocos terrenos de juego disponibles y de la mala calidad de las muletas. Todo ello constituye una motivación extra para hacer frente a la adversidad.

«Estamos haciendo un milagro», afirma Naji Naji, el capitán de 27 años, que perdió una pierna en unos disturbios en 2007.

AFP

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