En Waco, Texas, defienden a su líder: «Dios, armas y Trump»

(AFP) Desde «no es la gran cosa», hasta «todo presidente tuvo una amante». En Waco, Texas, los defensores de Donald Trump tienen distintos argumentos para respaldar a su líder, investigado por pagos a un actriz porno, y lo quieren de vuelta en la Casa Blanca.

En los alrededores del aeropuerto de Waco, donde el republicano de 76 años inicia su campaña este sábado con miras a las presidenciales de 2024, se vive una fiesta, con música a volumen alto y una veintena de carpas con productos dirigidos a sus simpatizantes, entusiasmados por verlo nuevamente en la palestra.

El expresidente llega a Texas tras afirmar que antes lo arrestarían en Nueva York -algo que no ocurrió- por el pago de 130.000 dólares que hizo a la actriz porno Stormy Daniels antes de las presidenciales de 2016, para que callara sobre una presunta relación amorosa que podía afectar sus chances de llegar a la Casa Blanca.

La fiscalía de Manhattan investiga si el exmandatario violó las normas de financiamiento de campañas, lo que puede costar una acusación penal.

Gorras con el lema «Make America Great Again» y banderas con «Trump 2024», «Trump Girl», abundan en la zona. También hay un cartel grande que dice «Democrats are Comunists» (Los demócratas son comunistas), aunque algún producto que está a la venta tiene en la etiqueta «Made in China» (Hecho en China).

También hay camisetas con el dibujo de un rifle y el mensaje «Yo apoyo la Segunda Enmienda y estoy orgulloso de ello», en alusión a la norma constitucional que respalda el porte de armas en el país. Los estacionamientos están abarrotados y hay seguridad policial.

Abunda una camiseta blanca en todos los negocios, con el mensaje «Dios, armas, Trump en Waco, Texas».

Waco, el «epicentro del movimiento patriota», como lo llaman algunos seguidores de Trump, es el antiguo bastión de la agrupación religiosa Branch Davidians (Davidianos de la Rama), ahora llamada «The Lord Our Righteousness» (El Señor Nuestra Rectitud). Y Trump visita la ciudad durante un controvertido aniversario.

En 1993, el mundo estuvo pendiente durante 51 días entre fines de febrero y mediados de abril del asedio del FBI a un rancho de los Branch Davidians en Waco en el que se habían atrincherado seguidores armados de su entonces líder David Koresh.

76 miembros de la secta, incluidos Koresh y 20 niños, fueron encontrados muertos después del incendio del rancho. También murieron cuatro policías durante enfrentamientos con sus seguidores semanas antes. En el lugar del incidente, donde ahora se erige un memorial, ondean banderas de «Trump 2024».

El actual pastor de los Branch Davidians, Charles Pace, de unos 70 años, cree que los enemigos de Trump son los mismos que tuvo David Koresh.

«David Koresh se topó con eso hace 30 años. Y lo mataron hace 30 años (…) Se deshicieron de él porque no querían que los delatara (…) Donald Trump está yendo ahora tras ellos en todo el mundo», comenta.

-«Todos tienen una amante»-

Louis, un jubilado de 72 años y barba, llegó al mítin para acompañar a su nieto de 16 años. «Él es un fanático de Trump, aún no puede votar pero quiere expresarse, y lo apoyo», considera.

Aunque aún no ha decidido a quién apoyará en las elecciones de 2024, no cree que las acusaciones contra Trump sean para tanto. «Todo presidente tuvo una amante. ¿Por qué no él?», agrega.

Entre los asistentes hay jóvenes, entre ellos Zach, de 18 años, quien asegura que el actual presidente demócrata Joe Biden no está haciendo mucho por el país, que enfrenta inflación y tensiones por apoyar a Ucrania, sostiene. Cree que Trump no ha hecho nada malo.

«Creo que Trump le dio el dinero correctamente a ella (…) no lo hizo a través de su dinero de campaña, lo hizo con su dinero personal», asegura.

Mientras la afroestadounidense Michele, de 54 años, revisa algunos de los productos en venta. «No creo que lo arresten, no sería una jugada inteligente si lo hacen. Todo es un teatro político, mientras el sistema bancario del país se desmorona (…) ¿Lo van a arrestar, por qué? ¿Por una falta? Está bien pagarle a alguien para que se calle», dice.

Cerca de la fila de ingreso, Julie, quien viene desde Tyler, Texas, dice que el caso de Stormy Daniels «no es la gran cosa. Ella apareció de la nada para ver cuánto dinero podía obtener» de Trump.

En tanto, Sherry, de 55, también de Texas y quien viste un sombrero vaquero con la palabra «Trump» impresa, considera que lo que dicen sobre su líder son «tonterías».

«Son mentiras, Él es el jefe, y va a salvar América», sostiene sonriente.

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