Arabia Saudí, el verdugo con sable de Oriente Medio que ejecuta cada vez más

El Cairo, 24 may (EFE).– Arabia Saudí continúa siendo uno de los mayores verdugos de Oriente Medio tras haber más que duplicado sus ejecuciones en 2021 (65) respecto a 2020 (27), y con unas cifras que se superarán en 2022, dónde tan sólo en un día de este año se ejecutó a 81 personas pese a las presiones internacionales para acabar con la pena de muerte.

Arabia Saudí, que utiliza los eventos deportivos y musicales para ofrecer una imagen reformadora del país desde que fue nombrado heredero el príncipe Mohamed bin Salman, en 2017, ha vuelto «a incrementar el uso de la pena de muerte durante el año pasado, llegando a violar sin reparos las prohibiciones establecidas en el derecho internacional de los derechos humanos», según el informe anual de Amnistía Internacional (AI) publicado este martes.

El consejero legal de la Organización Europea-Saudí para los Derechos Humanos (ESOHR), Taha Hajji, afirmó hoy a Efe que este aumento de ejecuciones «no sigue un sistema», sino que es una «política temperamental, osea que depende del momento del Gobierno y política del Estado».

En 2020, Riad marcó la cifra con menos ejecuciones en el reino, cuyo método para implementar la pena capital es la decapitación con sable, desde que se tienen registros, pero eso fue «justo por el G20», del que Arabia Saudí fue presidente ese año con el objetivo de «limpiar la reputación» del país del golfo, según Hajji.

Por otro lado, en 2019, Arabia Saudí marcó el récord de ejecuciones con 184, superando a los 157 reos ajusticiados que desde 1992 eran el registro más elevado.

MÁS DE CIEN EJECUCIONES

«Su afán por poner a trabajar al verdugo no parece que haya remitido en los primeros meses de 2022”, según dijo hoy AI en su informe.

Hajji indicó que ahora en 2022, ya hay un gran número de casos de ejecutados aún ni habiendo llegado a la primera mitad del año: «son 120 personas las que han sido ejecutadas».

En esa cifra se encuentra la mayor ejecución masiva llevada a cabo por Arabia Saudí desde que hay registros con 81 en un solo día, el pasado 12 de marzo, según ESOHR.

El Ministerio de Interior saudí anunció ese día que había llevado a cabo las condenas a pena capital contra individuos condenados por «terrorismo y crímenes capitales, incluido asesinato de hombres, mujeres y niños inocentes», según afirmó la agencia oficial de noticias saudí, SPA, quien informa de las ejecuciones en el reino ultraconservador, cuya justicia se basa en el Corán y la ley islámica.

De acuerdo a las cifras contabilizadas por ESOHR, desde enero de 2015 hasta marzo de 2022, Arabia Saudí ha llevado a cabo 1.004 ejecuciones, entre los que se incluyen 625 saudíes y 375 extranjeros, además de un apátrida y otro de nacionalidad desconocida, lo que significa que los condenados de otras nacionalidades constituyeron aproximadamente el 38 % de todas las ejecuciones.

«Si seguimos con el mismo ritmo de ejecuciones, alcanzaremos un récord sin precedentes, hablamos de 120 personas sólo hasta mayo, eso mientras que Mohamed bin Salman ha afirmado durante varias ocasiones que las ejecuciones solo se aplicarán en los casos peligrosos como homicidio», dijo Hajji.

PROMESAS INCUMPLIDAS

Bin Salman prometió públicamente en 2018 que «minimizaría» el uso de la pena capital y que existían «iniciativas» para cambiar algunas de las leyes del reino.

Arabia Saudí ha comenzado con esas reformas, como la ley 113 para las condenas a muerte a jóvenes de entre 15 y 18 años, que estipula que si un menor es acusado de un crimen castigado con la pena de muerte puede cumplir hasta 10 años en un reformatorio.

Sin embargo, esto solo se aplica en los casos del llamado «tazir», castigos que impone el tribunal a su juicio y que no están contemplados en el Corán o los hadices (dichos atribuidos al profeta Mahoma), en los que se basa la ley islámica aplicada en Arabia Saudí.

Sin embargo, Arabia Saudí ejecutó en 2021 a Mustafa al Darwish, que fue arrestado en 2015 por delitos relacionados con protestas cuando tenía 17 años, a pesar de que el reino aseguró que había abolido la pena de muerte para menores.

«Al final se puede afirmar que hay una voluntad política para continuar (con las ejecuciones) porque si quisieran pararlo, lo hubieran hecho con solo una palabra del rey o el príncipe heredero, lo que también reafirma que estos casos se usan de forma política y no legal», zanjó Hajji.