Un «apagón» sospechoso en una instalación nuclear de Irán

La planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, en el centro de Irán, registró este domingo un «apagón», indicó la Organización Iraní de la Energía Atómica (OIEA), en un incidente que según un diputado iraní sería resultado de un «sabotaje».

El «accidente», del que informó en un primer momento la agencia de prensa oficial Fars, citando al portavoz de la OIEA, Behrouz Kamalvandi, se produjo un día después de que el complejo Chahid-Ahmadi-Rochan de Natanz pusiera en marcha nuevos conjuntos de centrifugadoras, pese a que estas estén prohibidas por el acuerdo sobre el programa nuclear iraní de 2015.

La citada planta es uno de los centros principales del programa nuclear de la República Islámica.

«Tuvimos un accidente en una parte de la red eléctrica de la instalación de enriquecimiento Chahid-Ahmadi-Rochan. Hay un apagón […] pero desconocemos la causa», declaró Kamalvandi en una entrevista telefónica con la televisión estatal, dando a entender que la avería todavía no se había reparado a media mañana.

Kamalvandi no precisó si el apagón se produjo únicamente en la planta de enriquecimiento o si también había afectado a otras instalaciones del complejo.

«Afortunadamente, no hubo muertos ni heridos ni contaminación. No se produjo ningún problema en especial, el accidente está siendo investigado», declaró el portavoz a la televisión, agregando que no tenía «más información de momento».

«Este incidente, ocurrido [al día siguiente] del Día Nacional de la Tecnología Nuclear y con Irán esforzándose por obligar a los occidentales a levantar las sanciones, es muy sospechoso de [obedecer a un acto de] sabotaje o de infiltración», denunció en Twitter el diputado Malek Chariati, portavoz de la comisión parlamentaria de Energía.

– «Ciberoperación israelí» –

«Se considera que el fallo en el circuito eléctrico de Natanz [es] el resultado de una ciberoperación israelí», tuiteó por su parte un periodista de la radiotelevisión pública israelí, Amichai Stein, pero sin aportar datos que respaldaran esa afirmación.

A principios de julio, una fábrica de ensamblaje de centrifugadoras perfeccionadas en Natanz quedó gravemente dañada por una misteriosa explosión. Las autoridades concluyeron que esta fue fruto de un «sabotaje» de origen «terrorista», pero todavía no han divulgado los resultados de la investigación.

En aquel entonces, la agencia oficial Irna advirtió a Israel y a Estados Unidos que deberían evitar cualquier acción hostil.

El sábado, el presidente iraní, Hasan Rohani, inauguró a distancia la nueva fábrica de ensamblaje de centrifugadoras de Natanz, al tiempo que ordenó que se pusieran en marcha o que se probaran tres nuevos conjuntos de centrifugadoras.

Estas permitirán a Irán enriquecer uranio más rápidamente y en mayores cantidades, en unos volúmenes y con un nivel de refinamiento prohibidos por el acuerdo cerrado en 2015 en Viena entre la República Islámica y la comunidad internacional.

Estados Unidos denunció ese pacto de forma unilateral en 2018, bajo la presidencia de Donald Trump, y restableció las sanciones que habían sido retiradas desde la firma del documento.

Como represalia, Teherán comenzó a incumplir sus compromisos a partir de mayo de 2019, y el ritmo se ha acelerado en los últimos meses.

En estos momentos, Irán y los otros Estados firmantes del acuerdo de 2015 (Alemania, China, Francia, el Reino Unido y Rusia) están negociando en Viena cómo reintegrar a Estados Unidos en el pacto y hacer que Irán vuelva a respetar sus compromisos totalmente.

Teherán siempre ha negado querer dotarse de la bomba atómica -algo de lo que le acusa Israel- y, el sábado, Rohani reiteró que las actividades nucleares de su país son «pacíficas». (AFP)

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