El Banco Mundial pide a América Latina no gastar más, sino mejor

Gastar mejor reduciría brecha en infraestructura de AL y el Caribe

El dinero de los contribuyentes sólo debería ser usado donde no es posible o conveniente cobrar a los usuarios

Un informe del Banco Mundial destaca que es crucial recuperar los costos

Optimizar el gasto, antes que incrementarlo, es la clave para mejorar la infraestructura en América Latina y el Caribe, de acuerdo con el informe Repensar la infraestructura en América Latina y el Caribe: mejorar el gasto para lograr más, publicado por el Banco Mundial (BM).

Expone que la región no tiene la infraestructura que necesita o merece según su nivel de ingreso y es deficiente respecto a lo necesario para promover la integración social y lograr un mayor nivel de crecimiento y prosperidad.

Si bien la región mantiene un retraso en materia de inversión en infraestructura, pues en promedio dedica 3 por ciento del PIB, mientras otras regiones en el mundo dedican más de 4 por ciento, el reporte argumenta que existe evidencia de que un mejor gasto y una mejor orientación de los escasos recursos públicos reducirían la brecha en infraestructura.

Según el informe, América Latina y el Caribe pueden reducir de manera drástica su brecha en infraestructura gastando de forma correcta en las cosas correctas. Por ello, señala que las inversiones privadas pueden ser de gran utilidad para disminuir la brecha en el servicio, pero no deben ser vistas como un sustituto de la inversión pública ya que no moviliza un volumen suficiente de capital.

El documento del BM señala que es poco probable que la región logre un crecimiento de las inversiones (que conjunten el gasto público y privado) en infraestructura por arriba de entre 1.5 y 2.5 por ciento del producto interno bruto, por lo cual insiste en que para muchos países la única manera para reducir la brecha es gastar eficientemente y en las cosas apropiadas.

El Banco Mundial plantea que la energía tiene el potencial de convertirse en una gran ventaja competitiva para la región, sobre todo la energía solar y eólica. También señala que casi una quinta parte de los latinoamericanos carece de acceso a saneamiento mejorado privado. El pésimo desempeño en aguas residuales es una verdadera emergencia, una que resume el potencial para mejorar el gasto.

En lo que respecta al transporte, señala que es el rubro en el que la región tiene el peor desempeño, ya que la baja densidad poblacional encarece el desarrollo de una red de transporte densa, aunado a la falta de competencia y procesos aduanales ineficientes, mientras en las ciudades hay un elevado congestionamiento de usuarios y sus precios son ineficientes y muchas veces injustos.

Ante este tipo de problemas, el documento sugiere que mejorar la calidad en el gasto tiene sentido, puesto que significa reducir el costo de la infraestructura, pues sólo en el caso de la electricidad, las pérdidas en distribución y transmisión podrían bajar entre 8 mil y 9 mil millones de dólares, de una cantidad entre 23 mil y 24 mil millones de dólares si decide continuar con el modelo de inversión del pasado.

Señala que la ineficiencia del gasto público en infraestructura se debe a varios factores exógenos al sector público, como los procesos de adquisición que contribuyen a los costos excesivos. Pero todos convergen en la falta de capacidad institucional para la planeación, la presupuestación de capital y la puesta en marcha.

El informe plantea que la fijación de precios debe ir más allá de la simples recuperación de costos y debe tener en cuenta temas como la aceptación social, calidad, equidad y atractivo para el financiamiento comercial. El dinero de los contribuyentes sólo debería ser usado donde no es posible o no es conveniente cobrarles a los usuarios.

El reporte apunta: lo que se necesita en materia de infraestructura está relacionado con varios temas gubernamentales, desde políticas de competencia a reglas presupuestarias que no se enfoquen únicamente en controlar los gastos en efectivo.

El organismo mundial también señala que muchos factores requieren de reformas sectoriales, así como recomendaciones de organismos regu- ladores independientes y eficientes, pero insiste en que es crucial recuperar los costos, ya que las tarifas para usuarios son la base del financiamiento comercial.

Los autores del texto concluyeron que permitir a los operadores de infraestructura diversificar sus ingresos podría contribuir a una mitigación del costo fiscal y señalaron que la región posee los medios y el potencial de hacer las cosas más eficientes y puede hacerlo gastando mejor y en las cosas correctas.

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