Modificación genética: «Estamos cruzando una barrera que debe ser sometida a debate»

Montevideo, 27 abr (EFE).- ¿Dónde se traza la línea? Es la pregunta que prima en el horizonte del CRISPR, la herramienta de edición genética que posibilita incluso modificar el ADN de bebés; para su padre, el microbiólogo español Francis Mojica, el debate debe trascender los laboratorios.

Editar los genes de un embrión es hoy una posibilidad no exenta de polémica y debate ético mientras surgen casos como el de He Jiankui, el científico chino que creó bebés resistentes al VIH y, condenado en 2019, fue excarcelado este abril.

UNA DELGADA LÍNEA

Según declara en una entrevista con la Agencia EFE Mojica, padre de la técnica de edición genética CRISPR/Cas 9 por la que fueron premiadas con el Nobel de Química en 2020 Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, la línea «se tendrá que trazar teniendo en cuenta en primer lugar la seguridad de estas herramientas».

«Uno siempre tiene que tener en cuenta todo tipo de consideraciones en cuanto a la voluntad de que se lleve a cabo una modificación sobre un futuro ser vivo, en cuanto a que no se le pregunta a él cuando uno modifica la línea germinal para generar ese individuo modificado genéticamente», expresa el alicantino.

Si bien, destaca, esto atañe no solo a los humanos sino a cualquier ser vivo, para Mojica, invitado por el Institut Pasteur de Montevideo durante la conmemoración de su 15º aniversario, es importante que, más allá de quienes visten la bata blanca, el público esté «muy informado», pues, enfatiza, «en algún momento se le tendrá que preguntar» al respecto.

«Estamos probablemente hoy en día cruzando una barrera que debería ser sometida a un debate intenso», recalca el investigador que permanentemente figura en las quinielas del Nobel.

Además, para quien acuñó el término CRISPR, siglas en inglés para Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas, el terreno es gris en cuanto a si será necesario que un día nazcan bebés modificados genéticamente.

«No tiene por qué llegar, pero tampoco podemos decir que no vaya a llegar. Lo que hoy en día nos parece un disparate o inadmisible para muchos, puede que dentro de unas décadas no lo sea», resume, y recuerda que la fecundación ‘in vitro’ generó también fuerte rechazo y hoy es «la cosa más normal del mundo».

ADIÓS A LOS ANTIBIÓTICOS

Mientras señala que con la CRISPR/Cas 9 hoy la puerta está abierta para modificar «cualquier característica de cualquier ser vivo», el profesor de la Universidad de Alicante detalla que, además de editar genes, con CRISPR puede desarrollarse antimicrobianos específicos que seleccionen «exactamente» a qué bacterias matar.

«No todas las bacterias son malas, ni muchísimo menos, y cuando uno utiliza un antimicrobiano, tipo un antibiótico, estos son bastante inespecíficos, por lo tanto están matando al mismo tiempo (…) las otras bacterias que forman parte de tu organismo y que realmente se pueden considerar como un órgano más, fundamental para tu salud», explica.

Desde esa vía, dice, la herramienta puede ayudar a resolver un problema para el que hoy se exploran otras soluciones, pues, remarca, «la situación de las resistencias de bacterias patógenas a antibióticos es realmente preocupante» y una alternativa está en recuperar viejas técnicas para producir virus que maten directamente las bacterias.

«Se están recuperando alternativas que se dejaron abandonadas hace mucho tiempo con el descubrimiento de los antibióticos (…) Se está reconsiderando virus completos o, como alternativa, las proteínas que producen esos virus», acota.

ADN, LA LLAVE DEL FUTURO

La visita de Mojica a Montevideo, donde brindó una charla magistral, coincidió con el Día Mundial del ADN, que cada 25 de abril conmemora la histórica publicación en que James Watson y Francis Crick dieron a conocer la estructura de doble hélice, ya fotografiada por Rosalind Franklin en 1951.

«El descubrimiento del ADN desde luego ha sido, (aunque) nunca puedes decir el más grande en biología, desde mi punto de vista como microbiólogo molecular, un salto enorme en todo lo que ha supuesto posteriormente el estudio de la genética y la biología», destaca el español.

En esa línea, consultado por la importancia de que en marzo pasado se completara la secuencia del genoma humano, Mojica dice que «es un texto que hay que entender» pero, para hacerlo, debe estar entero y, por ende, este logro es una llave para abrir nuevas puertas mediante la propia CRISPR, que permite «interrogar» la organización de esas cuatro letras que forman los genes.

Sin embargo, quien expresa una «satisfacción enorme» por haber formado parte del desarrollo que derivó en el premio de Doudna y Charpentier reconoce que aún hay mucho camino por delante.

«No sabemos cuál es la función de todos esos genes ni tan siquiera de todas esas regiones que hay entre los genes (…). Una vez que ya se dispone de toda la información de ese libro, todas las frases, las palabras, uno puede empezar a interrogar un conocimiento», concluye.