Científicos revelan por qué Júpiter es la nueva y mayor amenaza para la Tierra

Los asteroides y cometan son considerados unas de las mayores amenazas a las que la humanidad aún no ha sabido encontrar solución. Y mientras la comunidad científica discute nuestras posibilidades, un reciente estudio nos brinda más información sobre el sitio desde donde esperar su llegada.

En julio de 1994, los astrónomos observaron cómo más de 20 fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 (SL9) literalmente bombardearon la superficie de Júpiter con una potencia mayor que cualquier bomba atómica. En julio de 2009, un cuerpo desconocido causó en el gigante gaseoso un agujero del tamaño del océano Pacífico.

Los astrónomos calculan que estos objetos provienen de una hipotética zona más allá de la órbita de Júpiter, de un lugar llamado La puerta de entrada de los cometas. Ahora, un grupo de científicos del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona afirma haber encontrado lo que podría ser una de esas puertas.

Centauros: una amenaza helada

La puerta de entrada descubierta fue hallada como parte de una simulación de los llamados centauros. Se trata de unos pequeños cuerpos helados que viajan en órbitas caóticas entre Júpiter y Neptuno.

Se cree que los centauros se originan en el cinturón de Kuiper, una región poblada por objetos helados más allá de Neptuno y que se extiende hasta aproximadamente 50 unidades astronómicas, o 50 veces la distancia entre el Sol y la Tierra. Empujados por los campos gravitacionales de los planetas gigantes como Júpiter, Saturno o Neptuno, los centauros no tienden a quedarse en su órbita, sino que crean una especie de vecindario caótico.

«La naturaleza caótica de sus órbitas oscurece los caminos exactos que estos centauros siguen en su camino. Esto hace que sea difícil determinar de dónde vinieron exactamente y hacia dónde podrían ir en el futuro», explica Kathryn Volk, coautor del estudio, citado por The Daily Galaxy.

Los científicos afirman que ya saben acerca de unos 300 centauros, pero que eso es solo la punta del iceberg, el cual, según cálculos, podría ascender a aproximadamente 10 millones de este tipo de objetos espaciales. Y es que estos cuerpos son tan pequeños y lejanos que no son lo suficientemente brillantes como para ser detectados.

Júpiter es quien ‘lanza’ los cometas

Para comprender mejor cómo los centauros se convierten cometas, el equipo de investigación se centró en crear simulaciones por computadora que pudieran reproducir su órbita. Como modelo eligieron al 29P/Schwassmann-Wachmann 1 (SW1), un cometa descubierto en 1927 y que se cree que tiene aproximadamente 64 kilómetros de ancho.

SW1 ha intrigado durante mucho tiempo a los astrónomos por su inusual comportamiento y frecuentes explosiones. Tanto su órbita como su actividad pusieron a SW1 en un punto medio evolutivo entre los otros centauros y los cometas y el objetivo original de la investigación era explorar si las circunstancias actuales del SW1 eran consistentes con la progresión orbital de los otros centauros.

«Históricamente, nuestra suposición ha sido que la región alrededor de Júpiter está bastante vacía, limpiada por la gravedad del planeta gigante, pero nuestros resultados nos enseñan que hay una región que se alimenta constantemente», afirma Volk.

Los alrededores de la órbita de Júpiter son una fuente constante de las nuevas amenazas de cometas. Esto podría explicar la sorprendente tasa de impactos de los cuerpos helado con el gigante gaseoso. Basado en estimaciones y cálculos del número y tamaño de los objetos que ingresan, habitan y salen de la región aledaña a su órbita, el estudio predijo que debería sostener una población promedio de aproximadamente 1.000 centauros, cada uno de los cuales es un cometa potencialmente peligroso.

Los resultados del estudio también mostraron que estos objetos desencadenan una transición rápida: una vez que un centauro ha entrado en la órbita aledaña a Júpiter, es muy probable que se convierta en un cometa dentro de unos pocos miles de años, en un abrir y cerrar de ojos en los plazos del sistema solar.

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