¿Podría Ucrania empezar a negociar con Rusia, al reducirse las armas de la UE?

Por Samuel Cortes Hamdan

Ningún país grande de la Unión Europea, como Alemania, Francia o Italia, hizo nuevos compromisos significativos de apoyar a Ucrania ante su conflicto con Rusia y en general el apoyo internacional a Kiev se redujo en julio, identificó el Instituto Kiel de Economía Mundial.

En todo julio, Ucrania recibió nada más alrededor de 1.500 millones de euros (unos 1.513 millones de dólares) de apoyos, agregó el instituto de investigación originario de Alemania en la actualización de agosto del análisis que hace sobre el flujo de apoyos occidentales al Gobierno de Volodímir Zelenski desde el inicio del conflicto.

El titular del equipo del Instituto Kiel a cargo del análisis, Christoph Trebesch, destacó que algunos países, entre ellos Alemania, no anunciaron nuevos respaldos militares a Ucrania, si bien ha enviado antes ayudas previamente comprometidas.

En ese escenario, Sputnik conversó con el doctor en relaciones internacionales Alfonso Rosales, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Atlantic International University, para comprender qué permite concluir esta merma de respaldos occidentales en el conflicto entre Kiev y Moscú, detonado en febrero de 2022.

Derroche económico para todas las partes

A prácticamente seis meses del inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania, el conflicto representa un gasto muy alto para todas las partes, distingue el especialista, no sólo los directamente involucrados sino también para los aliados de Kiev, la Unión Europea y Estados Unidos.

«(Estados Unidos) está en una etapa de repliegue y lo que menos quiere ya es invertir en conflictos, pasa una cuestión, tiene una deuda gigantesca, ya es más grande que su Producto Interno Bruto (PIB) y opera con déficit presupuestario, con déficit comercial, y además tiene muy abultado un presupuesto militar que ya es una carga muy pesada», expone Rosales.

«Destinar recursos para esta ayuda militar pues sí francamente resulta muy oneroso, sobre todo cuando se empieza a prolongar el conflicto», asegura acerca de uno de los principales emisores de apoyos militares a Ucrania, gestionados por el Departamento de Defensa del Gobierno de Joe Biden.

Para los países europeos el apoyo a Ucrania también significa una erogación muy fuerte de recursos, describe el universitario.

La reducción de respaldos militares a Ucrania desde Italia, Francia y Alemania, analiza, también podría constituir un mensaje a Moscú para allanar el camino para una posible solución negociada del conflicto.

«Hay que recordar que Rusia, desde hace mucho tiempo, ha estado exigiendo que Occidente detenga el suministro de armas a Ucrania», subraya.

Así, considera el universitario, Kiev tiene que asumir una posición negociante para encontrar rutas de salida a la confrontación.

El invierno insoslayable y la búsqueda de cabildeo

El suministro de gas es un punto de debilidad muy marcado para Europa que sólo se agudizará con el inminente arribo del invierno, describe Rosales, y si sigue distribuyendo armas a Ucrania agudiza el riesgo de que Rusia suspenda la transmisión de energéticos.

«Y esto sí sería un golpe terrible para Europa, no puede sustituir el energético de unas semanas, unos meses ya, de aquí a la temporada invernal, entonces sí sería una cuestión muy fuerte», lo que podría explicar este ajuste en el respaldo de Roma, Berlín y París a Kiev.

Como líder de la Unión Europea, es probable que Alemania mantenga el respaldo a Ucrania porque es uno de los principales interesados en no perder al país como uno de los focos de su influencia regional, evalúa Rosales.

La enorme dependencia de varios países europeos ante el gas ruso multiplica sus intereses de mermar el flujo de armamento de Bruselas a territorio ucraniano, de manera que se abran oportunidades negociadas de alto al fuego.

«Y Rusia acceda a seguir suministrando gas, me parece que también juegan otros actores que a lo mejor no son los protagónicos, pero que están tras bambalinas, están también interesados en que este conflicto por lo menos llegue a una suspensión», evalúa el universitario.

Ucrania no ha podido contener el avance en el Donbás

A pesar de todo el apoyo occidental que Ucrania ha recibido durante estos meses en materia militar, no ha podido contener el avance de Rusia en la región del Donbás, subraya el egresado de la UNAM.

«Por el lado de Rusia, a mí me parece que le conviene un acuerdo a estas alturas del conflicto, ¿por qué razón?, porque ya logró establecer un corredor terrestre entre Rusia y Crimea, que era, digamos, uno de los planes alternos que tenía Rusia», valora.

Además, apunta el internacionalista, la región del Donbás, de mayoría prorrusa y que Rusia considera reconoce como territorios autónomos del Gobierno de Kiev, es rica en yacimientos minerales y desarrollo industrial, además de contener la planta nuclear de Zaporiyia.

«La superioridad militar de Rusia es manifiesta, no hay ninguna posibilidad de que Ucrania gane este conflicto, no hay punto de comparación, ni terrestre, ni marítimo, ni aéreo, ni nada», evalúa Rosales, si bien podría tener avances parciales en algunas batallas localizadas.

«No tiene ninguna posibilidad de ganar este conflicto», reitera, «así es que yo creo que se debería abrir la cuestión de una negociación, y reitero, también le conviene a Rusia».

Control de daños ante las sanciones

Si bien la operación militar especial también supone un desgaste económico para Rusia, sumado a las sanciones occidentales en su contra, el Kremlin ha sabido hacerles frente y mantener al rublo en niveles aceptables  en su cotización internacional, describe Rosales.

«En fin, ha hecho un buen manejo de las finanzas con eso de la guerra pero de todas maneras es sumamente costosa, y no nada más me refiero en términos económicos, sino también en términos de la cuestión política humanitaria, de las bajas de los efectivos militares y de la población», declara.

La neutralidad del resto del mundo

No obstante el llamado de Washington, Bruselas y Kiev a condenar la operación militar especial de Rusia, han sido varios los países que se han rehusado a respaldar la posición occidental ante el conflicto, como México, La India y China, lo que se explica por los enlaces de estos países con Moscú, que los invitan a la neutralidad, apunta Rosales.

«Yo creo que lo que menos quieren es entrar en una dinámica de conflicto, seguir con las dinámicas de Occidente, pues porque ellos también tendrían enormes afectaciones», agrega y ejemplifica que, en el caso de México, el país latinoamericano sólo produce el 20% de sus fertilizantes, por lo que la importación de este recurso agrícola a Rusia es irrenunciable.

Así, que distintos actores internacionales entren en confrontación con Rusia no les generaría ganancias políticas o económicas y en cambio podría multiplicar sus pérdidas, pondera Rosales, en un escenario ya desafiante por la inflación y otros factores de escala mundial.

No se vislumbra un final cercano

Las posibilidades de resolver este conflicto por la vía de la negociación se multiplicarán cuando se cumpla al menos una parte de las demandas de Moscú, quien históricamente ha exigido, por ejemplo, que la alianza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no extienda sus fronteras hacia el oriente de Europa.

«Ahorita, en el corto plazo, yo lo veo un poquito complicado todavía», considera, sin embargo, el internacionalista.

«No nada más es el hecho del armamento, son muchos otros elementos, son muchos otros compromisos que se tienen que poner allí sobre la mesa de negociaciones, además el tiempo juega a favor de Rusia, no solamente por el clima, el factor invierno, no, sino por el avance lento pero sistemático que ha tenido sobre el territorio del Donbás», apunta.

Pese a los costos, Moscú ahora no es el actor más interesado en detener la confrontación, donde además las sanciones occidentales no han tenido un efecto pernicioso en el corto plazo, señala el analista aunque no descarta que más adelante sí puedan generar algunas afectaciones a la economía rusa.

«Todos quisieran que se acabe el conflicto, nada más que la diferencia es que unos están más urgidos de que termine y otros todavía tienen capacidad de resistencia, y cuando digo capacidad de resistencia pues es del lado ruso», concluye Alfonso Rosales.