Las bases están en el bleacher

Por Valentin Pina del Rosario

A once meses de asumir el poder, en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), persisten las quejas de dirigentes y las bases de la organización, reclamando la cuota que le corresponde en la Administración Pública, como retribución al trabajo realizado para que Luis Abinader sea presidente de la república.

Se escuchan constantemente las voces de descontento y desaliento de militantes y dirigentes del partido de gobierno porque, hasta ahora, no han sido tomados en cuenta por los funcionarios que han llegado a posiciones, gracias al trabajo tesonero de hombres y mujeres que hicieron posible el desplazamiento del Partido de la Liberación Dominicana del poder.

Incluso, hasta altos dirigentes perremeístas se quejan de personas que en tiempo de campaña fueron sus acólitos, hoy ni siquiera les toman el teléfono ni devuelven las llamadas, tal como han expresado el expresidente Hipólito Mejía y el exconsultor jurídico del Poder Ejecutivo, Guido Gómez Mazara.

Mucho se ha dicho y, hasta se entiende, la situación en que el nuevo gobierno encontró la economía del país, como consecuencia del Covic-19, lo que ha impedido desarrollar plenamente su programa de gobierno, además, esto impide los empleados peledeistas hayan sido desplazados, para dar paso a los perremeistas.

Otra cosa que se escucha, es que los antiguos gobernantes armaron su muñeco con la famosa Ley de Servicio Civil Carrera Administrativa, lo que dificulta el desvincular a los empleados de la antigua gestión, razón por la cual, se ríen de quienes con derechos tocan puertas de instituciones públicas y no se les abre.

Por esto, quienes asumieron la responsabilidad de buscar los votos para llevar la PRM al poder, reclaman que se cumpla con los compromisos de nombrar a la militancia, a ellos no les importa cómo, pero si acabar con 20 años de sequía económica. Sienten que están en el Gobierno, pero no en el poder.

Cada persona es digna de una remuneración por el trabajo realizado, por lo que cada perremeista, que luchó por el cambio, merece un pedazo del pastel. Los funcionarios designados están obligados a buscar la forma de emplear a los compañeros, porque hasta ahora, las bases siguen en el bleacher.

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