Estados Unidos, al borde del conflicto social

Por  Lucas Leiroz , investigador en Ciencias Sociales de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro; consultor geopolítico.

La crisis social de los Estados Unidos es cada vez peor. La reciente investigación del FBI contra el expresidente Donald Trump ha generado caos e ira entre los ciudadanos. Los partidarios de los republicanos protestan en las calles para evitar que la policía ingrese nuevamente a las propiedades de Trump, exigiendo el fin de las investigaciones. El escenario de polarización se intensifica y se hace evidente la inminencia de un conflicto social.

El FBI ejecutó una orden de allanamiento el 8 de agosto en la residencia Mar-a-Lago de Donald Trump en Palm Beach, Florida. Durante entrevistas recientes, Trump se negó a decir a la prensa las razones por las que los agentes del FBI estaban en Mar-a-Lago, y solo dijo que la operación no había sido anunciada previamente, ya que se llevó a cabo de manera “inesperada”. El expresidente informó que la investigación fue minuciosa, e incluso se inspeccionó la caja fuerte de su dinero.

El Departamento de Justicia se negó a comentar sobre el caso, al igual que la Casa Blanca. El FBI también brindó poca información, pero lo que se sabe hasta el momento es que el Departamento de Justicia mantiene actualmente dos investigaciones activas contra el expresidente, una relacionada con su intento de anular las elecciones de 2020 y su participación en la invasión del Capitolio, que tuvo lugar. el 6 de enero del año pasado, y otro relacionado con unas denuncias de manejo ilegal de documentos confidenciales.

Citando fuentes, The New York Times afirmó que el motivo de la visita de los agentes habría sido precisamente la búsqueda de dichos documentos oficiales, supuestamente llevados a casa por Trump cuando salió de la oficina presidencial. De hecho, este es el motivo más probable de la visita de los policías, teniendo en cuenta que en febrero, los agentes ya habían visitado Mar-a-Lago y recogido quince cajas de documentos de la casa de Trump.

En sus redes sociales, Trump dijo que el caso muestra cómo Estados Unidos atraviesa “tiempos oscuros”:

“Estos son tiempos oscuros para nuestra nación, ya que mi hermosa casa, Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, se encuentra actualmente sitiada, allanada y ocupada por un gran grupo de agentes del FBI (…) Nunca ha sucedido nada como esto. a un presidente de los Estados Unidos antes (…) [No era] necesario ni adecuado. [Fue una] mala conducta de la fiscalía, la militarización del sistema de justicia y un ataque de los demócratas radicales de izquierda que desesperadamente no quieren que me postule para presidente en 2024 (…) Tal ataque solo podría tener lugar en un Tercer Mundo quebrado. países (…) [pero] lamentablemente, Estados Unidos ahora se ha convertido en uno de esos países, corruptos a un nivel nunca antes visto”.

La comparación de Trump de EE. UU. con las naciones del “tercer mundo” es curiosa, pero refleja de manera bastante sucinta el trasfondo estadounidense . De hecho, la situación de EE. UU. se está pareciendo gradualmente a la de países con bajas “tasas de democracia”. La polarización, la corrupción, el caos social y la inestabilidad son señas de identidad del actual escenario estadounidense, que revela un precario estado democrático. En una democracia, los bandos opuestos deben respetarse mutuamente y reconocerse mutuamente la legitimidad. Además, la Justicia no puede ser utilizada para maniobras políticas. En los Estados Unidos, todos estos aspectos no democráticos se están intensificando recientemente.

La reacción de los partidarios de Trump a las investigaciones no se hizo esperar. En definitiva, creen que el caso actual no es una verdadera investigación, sino una maniobra judicial para tratar de inhabilitar a Trump en 2024, así como empañar el nombre del GOP para las elecciones intermedias. Miles de votantes de Trump salieron a las calles en varias ciudades, principalmente en Florida, para expresar su apoyo al expresidente. En Palm Beach, los manifestantes ocuparon la zona de la mansión Mar-e-Lago para tratar de impedir más entrada de agentes y exigir el fin de las investigaciones. También hay informes de enfrentamientos con la policía y partidarios de Biden en las calles.

En las redes sociales, la reacción a la investigación ha sido aún más intensa. Algunos partidarios de Trump creen que se está gestando un escenario de guerra civil, oponiéndose a la administración Biden y los “patriotas estadounidenses”. Kari Lake, candidata republicana respaldada por Trump para gobernador de Arizona, por ejemplo, dijo:

“Este es uno de los días más oscuros en la historia de Estados Unidos: el día en que nuestro Gobierno, originalmente creado por el pueblo, se volvió contra nosotros. Este Régimen ilegítimo y corrupto odia a Estados Unidos y ha armado a todo el Gobierno Federal para derribar al presidente Donald Trump. Nuestro gobierno está podrido hasta la médula. Estos tiranos no se detendrán ante nada para silenciar a los patriotas que están trabajando arduamente para salvar a Estados Unidos. Este es un abuso de poder increíblemente horrendo. Si lo aceptamos, Estados Unidos está muerto. No lo aceptaremos. (…) Como gobernador, lucharé contra estos tiranos con cada fibra de mi ser. Estados Unidos: días oscuros de vida por delante para nosotros. Que Dios nos proteja y salve a nuestro país”.

Sin duda, el panorama es preocupante. En el año de las elecciones intermedias, los candidatos hacen un llamado a los ciudadanos estadounidenses para que “luchen” y consideran que la administración actual es “ilegítima”. Claramente, la estructura democrática estadounidense se está desmoronando. Los bandos opuestos ya no se reconocen como rivales legítimos, sino que se acusan mutuamente de delitos y prometen “luchar”.

Si los niveles estadounidenses de democracia fueran estables, Trump sería investigado pacíficamente y, de demostrarse su culpabilidad, sería castigado sin generar indignación popular. Pero la falta de transparencia por parte de las autoridades deja muchas dudas sobre el caso e indica que realmente es posible que se esté produciendo algún tipo de manipulación política de la situación para perjudicar a Trump y su partido.

De hecho, existe una creencia generalizada entre los ciudadanos estadounidenses de que esta situación va a empeorar. Y los informes recientes de la propia inteligencia estadounidense apuntan en la misma dirección: Estados Unidos está al borde de un conflicto civil.