Dormilandia

Víctor  Elías Aquino

Noche tras noche, soy testigo no ocular y parte de un formidable elenco de filmación, producción y dirección de proyectos cinematográficos sobre todas las temáticas de la vida civilizada y no civilizada.

Este, es pues, el proyecto más costoso y más barato de la historia conocida hasta este momento, pero está minando mi salud, está acabando con mi vida misma.

Créanlo o no, tan   pronto como cierro mis ojos marrones escucho las palabras: cámaras, luces, acción; y el típico sonido de la claqueta, que da inicio al rodaje, que, por demás está decir, ¡siempre es una sorpresa!  Nunca sé cuál  es la próxima escena. Justo aquí empieza el suspenso…

Una eterna e incontable cantidad de puntos negros, tantos como las arenas de todos los mares del planeta aparecen al instante, y remontan a los primeros años de la niñez, cuando disfrutaba de películas series como “Mi Bella Genio» y la «Bonanza”, en que, había que esperar que los tubos de los viejos televisores se calentaran para comenzar a disfrutar el film.

Soy parte importante del rodaje, no vuelo en jet, tomo la opción de escurrirme en éxtasis en el tiempo, invisible a los ojos humanos, navego por los siete mares y también el histórico río Jordán. Creo con la mente crea mapas de extraños, pero no imposibles países dignos del desvelo y la imaginación de los más cuerdos poetas.

Construyo carrozas con las nubes, ejercito la paciencia y encuentro la paz en lo divino.

Mis ojos siguen cerrados, pero mi mente es como el corazón de la campaña de la libertad.

Hablo del instrumento que sonó por primera vez el 8 de julio de 1776, y que convocó a los ciudadanos de Filadelfia a la lectura de la   Declaración de la Independencia, es así como, “los sueños están asociados a los sueños y a la realidad.

Cada noche es la aventura de la aventura, que nunca logro descifrar, un nanosegundo antes quedo atrapado entre   las redes de puntos infinitos como si fueran las empalizadas que construye el padre de la muchacha que no quiere que su hija vea a su novio.

Puntos y arenas de mar discuten por el espacio y esa noche termina en aguas de un diluvio de colores.

Oigo voces, si por un solo instante decido de manera consciente disfrutar a plenitud de esta visión única e  irrepetible. Entonces se acaba el encantamiento y la seducción, todo por el sólo hecho de tratar disfrutar tratar de disfrutar por escasos segundos de manera consciente de una ciudad:   Dormilandia.

Mi hazaña, se llevó de bruces, el elenco, los productores, cineastas y hasta el enano que todos se burlaban en las filmaciones , ¡Es que no se puede soñar despierto!

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