Comer nuestra propia muerte

Jesús Antonio Fernández 

El uso de antibióticos en el mundo animal para generar una producción cárnica mayor e intensiva con las condiciones actuales, además de hacinamiento a las que se somete a los animales en granjas y etc…, es un grave peligro para la salud pública. Finalmente, son las personas las que ingieren estos medicamentos. Los antibióticos son usados también para acelerar el modo de producción de los animales. Hay una contaminación acelerada de la cadena alimentaria: suelos, frutas, vegetales y etc.

Las bacterias se van volviendo más resistentes ante el uso de antibióticos. La mayoría de nosotros lo ingerimos de forma pasiva a través de los alimentos.

Dentro de la situación mundial de pandemia, la eliminación de fármacos en la industria alimentaria debería de ser una prioridad por parte de las autoridades que «tanto están preocupadas» por nuestra salud.

La industria ganadera y los ecosistemas hoy están siendo explotados al límite de su capacidad.

Este estilo de vida está produciendo una serie de muertes al año donde las personas comemos nuestra propia muerte.

Los acuerdos hoy a los que ha llegado la Unión Europea con el Mercosur en materia ganadera y otros sin una simple preocupación por la preservación del medio ambiente y protección de selvas, pueblos indígenas son una prueba irrefutable de esto que aquí hoy señalamos.

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