APOSTILLAS DEDUCTIVAS -8-: Cuentos a cuenta gotas

Libro de FS que narra la cotidianidad del Covid-19 (1 de 2)

Federico Sánchez (FS Fedor)

Estos mini-relatos del libro ¨CUENTOS A CUENTA GOTAS¨, son como un apéndice de la cotidianidad (o la¨covidianidad¨, que es inaudita, increíble, posible) que nos acometió cruelmente desde finales del 2019 hasta… quién sabe cuándo y cuánto más. La narratividad surge como un salto hacia un abismo, que puede ser real, sub-real, o quizás (o sin quizás) un sueño. Como el ideal diario de la sinrazón racional. Como un dilema, una simulación, una

mascarada, una hipótesis sin tesis, o al revés. Es como la imagen o figura literaria más contradictoria -o dialéctica- que tiene la poesía, el Oxímoron: agridulce o blanquigris; el negro del blanco o el blanco del negro; el círculo de la cuadratura, la tristeza de la alegría. La pasión del amor en su sufrimiento o en su desamor; la fiebre que quiere ver llegar el invierno, pujándolo o aguantándolo, para cubrirse del frío en busca de calentura o del enfriamiento insufrible. El agua del fuego, que es vapor, o viceversa. ¨La verdad de la mentira¨ (que es un decir de Vargas Llosa).

En fin, son ficciones reales; un interludio de la vida, para que el apacible lector repose su vista, lecturándolos, mientras adormece, en el sofá, o por qué no, en el diván de su descanso. Nocturnal o mañanero, da igual. El placer de la lectura necesariamente no está en el último piso. Cualquier lugar es posible. Pasible de ser gustoso. Apetecible. Coherente.

Son una especie de narra-temas; esto es, cuasi-historias convertidas en narraciones ficticias que pueden fácilmente ser extendidos hacia cuentos o relatos cortos o largos, según el interés de cada tema y del interés del autor o del cómplice lector para ofrecer más detalles de los mismos.

Surgen de la imaginación, del espejismo desértico, onírico, producto del cansancio, de la desesperanza, de la perplejidad. Del ocio que nos ofreció el Covid-19, entre la incertidumbre y el miedo, durante una gran estadio… del vasto tiempo que no basta, pero sobra, y que nos ha ofrecido la pandemia del milenium, que aún nos azota, y continúa su aletargada esencia desde el 2019, 2020, y en el 2021 y en el 2022, y en… Han sido pensados o realizados mientras la epidemia (con su astronómico Covid-19) se expandía por los suburbios, por las ciudades, colocándose en los techos y aleros, en las ramas arbolares y antenas, en las penumbras de las habitaciones y sus esquinarios o sus recónditos orificios, en las asfaltadas calles (aún con el turbio pavimento caliente), en las trochas semiurbanas y en los hospitales y clínica de atención

primaria; por el mundo todo, como si fuera una ficción, un guion de película del

¨Medio Oeste¨, o del ¨Oriente Cercano¨, o de la ¨Segunda Guerra Mundial¨, o quizás del encuentro hostil entre Rusia y Croacia, con Crimea y Kiev por el medio. Para los cristianos, todo un ¨Pandemónium Bíblico¨.

Y nos hemos vistos bajo presión emocional, económica, situacional. Una incertidumbre llena de pasiones y de alarmas, que nos han llevado a pensar en lo más insólito de la vida.

Fueron escritos esporádicamente. Algunos en 2020, otros en 2021, finalmente en el 2022. Conservan homogeneidad de ideas, de temas, argumentos, anécdotas, casi el mismo tiempo histórico-narrativo.

Asimismo, asimilan la misma práctica escritural: estilo, discurso, ideología, giros idiomáticos, tiempos narrativos diversos e imbricados, planos del punto de vista de la persona que narra, que describe, retórica, ubicua, y una ligera carga de oblicua fantasía adicional, de realismo mágico o maravilloso (por inusual, atemporal, por la ligera alteración de lo cotidiano, por una revelación o una iluminación inhabitual, según criterios de los teóricos de este estilo o modelo literario de narrar; y por añadidura, con un poco de ápice barroco, en sus descripciones, en sus narraciones, en su haber poético…), para poner a volar la imaginación. Y, a un tiempo, el espíritu creativo y el sentido común, con su común sentido de ver las cosas.

Germinan como ficción, o una síntesis de la realidad, o un espejismo de una pandemia, y sus inocentes personajes, narrada con lenitiva o punitiva intención. O todo lo contrario. El anverso y el revés de la realidad. Una moneda con su cara y su cruz y una orilla, un margen grueso con todas las posibilidades ficticias, forzadas, fingidas, para caer y mantenerse parada, con sus bordes fijos sobre el llano al borde de la caída.

Usted, estimado lector, tendrá la última palabra: saber si se encuentra en un estado de catarsis, o inmerso en una realidad ¨real¨, o en una ficción locuaz: determinar si estos relatos son de verdad ¨verdad¨ (utilizando un giro del argot del tigueraje barrial), repito, si son posibles de creer. Y susceptibles de ser cuentos cortos.

Y en espera que al final esté ¨loco de contento con este cargamento¨, agrego que en verdad ¨verdad¨ fueron hechos en la ciudad de:

El Gran Santo Domingo, RD. (FS Fedor).

Próxima semana la segunda parte con el primer cuento…

El autor es periodista, publicista, cineasta, catedrático, escritor (poeta, narrador, dramaturgo, ensayista).

E-Mail: anthoniofederico9@gmail.com. Face Book.

Wasap: 809- 353-7870.

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