El amor se ha vuelto mercantil y desechable

Una de las razones para vivir las relaciones de amigos con derechos o free es no tener conflictos y privilegiar el momento. Ser amigos con derechos, forma de experimentar la sexualidad. No hay compromiso, pero aún se critica a las mujeres que tienen un free. Los sentimientos son fugaces; la base es lo físico: antropóloga.

Blanca Juárez

Entonces, ¿qué somos? Sin duda, novios no. El amor sigue siendo idealizado; sin embargo, bajo el sistema actual se ha vuelto mercantil y desechable. Los free o amigos con derechos son parte de una época en la que los apresurados cambios tecnológicos incitan a renovar hasta la pareja. Además de ser una forma en la que los más jóvenes experimentan su sexualidad, también tienen que ver con que ahora las mujeres podemos decidir cómo y cuándo queremos a alguien.

En ello coincidieron la antropóloga Ana Cecilia Torres Torres y un par jóvenes a quienes los separa, además del conocimiento mutuo, 10 años de edad: Donají, de 31, y David, de 21. No hay compromiso y ése es el principal atributo de esas relaciones, afirman los dos últimos. Las enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados son algunos de los riesgos que conllevan, advierte la especialista.

Muchos hemos estado en esas relaciones porque no se ponen en juego los sentimientos. Estás con ella, unos besos y acá, pero no te involucras, explica David. Sólo nos importa nuestra satisfacción, apunta el estudiante de pedagogía. Para Donají, lo interesante es que puedes salir con otros.

El sistema económico y social en que vivimos ha influido en la forma en la que nos relacionamos, asegura Torres Torres. Los sentimientos que se generan son fugaces, y la base de todo es lo físico. Lo que siente la otra persona pasa a segundo o último lugar, opina en entrevista.

Pero somos humanos, y a veces terminamos sintiendo algo por la otra persona. Es entonces cuando ya no nos gusta ese tipo de relación, dice David. Llega un momento en que una de las dos partes quiere algo más, a veces por la sensación de tener la propiedad y el poder sobre alguien, indica Donají, quien es comunicóloga.

El empoderamiento femenino ha incidido también en el desarrollo de este tipo de vínculos. Ahora podemos decidir de forma más libre cómo y cuándo queremos a alguien, subraya Donají. Para muchas “era impensable expresar que querías salir con tal. Tras una ruptura cultural –que no se ha logrado del todo– las mujeres decidimos sobre nuestro cuerpo sin estorbos moralinos”, agrega la antropóloga.

Pero lo anterior y que además los free sean algo común, no significa que esté bien visto por todos cuando se trata de una mujer, advierte David. A algunas las ven como fáciles por tener un encuentro con alguien que no es su pareja estable, piensan que andan con cualquiera. Eso es un gran, gran, problema. Aunque seamos universitarios, no todos tienen mente abierta.

Una de las razones para vivir esas relaciones es no tener conflictos y privilegiar el momento, comenta Torres Torres. Sin embargo, éstas no están exentas de conflictos ni de violencia de género, la cual puede ser en contra de cualquiera de las partes. Donají apunta hacia el machismo: No importa qué tan libre sea la relación, esa conducta cala todas las formas de vincularse.

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