Gobierno de EEUU advierte que los restaurantes siguen siendo los sitios más peligrosos para contraer COVID-19

Un estudio del Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades concluyó que comer o beber en un establecimiento aumenta el riesgo de contraer el coronavirus más que otras actividades, como ir de compras, al gimnasio o a un templo

En los Estados Unidos muchos estados han levantado las restricciones que pesaban sobre restaurantes y bares por la pandemia de Covid-19, en general con la autorización para servicio al aire libre. Algunos, como Florida, incluso han permitido la reapertura en interiores con un límite menor a su capacidad; y otros, como Nueva York, lo harán el 30 de septiembre. Para todos ellos un nuevo estudio resultó un revés: las personas que dieron positivo en una prueba de SARS-CoV-2 tenían el doble de probabilidades de haber estado en un restaurant o un bar en las dos semanas anteriores.

La investigación, realizada por el Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), analizó a 314 personas en estados con diferentes niveles de reapertura: California, Carolina del Norte, Colorado, Maryland, Massachusetts, Minnesota, Ohio, Tennessee, Utah y Washington. La conclusión principal indicó que comer o beber en un establecimiento aumenta el riesgo de contraer COVID-19 más que otras actividades, como ir de compras o visitar un salón de belleza.

“Es lógico: en las tiendas o en los templos es fácil usar una máscara, pero es casi imposible hacerlo mientras se come o se bebe”, dijo a NBC Todd Rice, coautor del informe y profesor en el Centro Médico de la Universidad de Venderbilt. Además de tener que quitarse el barbijo en algún momento, las personas suelen estar cerca al comer en un restaurante, enfrentadas a ambos lados de una mesa, recordó.

Si la gente va a salir a comer fuera, necesitan ser cuidadosa sobre la manera en lo van a hacer», agregó Rice. En Nashville, Tennessee, donde él reside, los restaurantes operan al 50% de su capacidad y él ha ido a varios en los últimos seis meses, pero siempre tomando precauciones. “Mientras estoy sentado a la mesa, si la comida no ha llegado, uso máscara. No me siento en una mesa que esté próxima a otra gente. También pido que me acomoden al aire libre”, enumeró.

Los participantes en la encuesta listaron todas las actividades que realizaron, y tanto entre los que contrajeron el nuevo coronavirus como los que permanecieron sanos había gente que había asistido a tiendas, templos y gimnasios. Pero en el grupo de positivos había una una variable muchos más alta —el doble— que en el de negativos: haber salido a comer a un restaurant, a tomar una copa a un bar o un café en una cafetería.

“El contacto estrecho con personas que se sepa que tienen COVID-19 o el hecho de acudir a lugares que ofrecen opciones de alimentación y bebida en el establecimiento se asociaban con el resultado positivo de COVID-19”, se lee en el informe del CDC. “Los adultos con resultados positivos en la prueba de SARS-CoV-2 tenían aproximadamente el doble de probabilidades de haber dicho que había comido en un restaurante que los que obtuvieron resultados negativos en la prueba de SARS-CoV-2”.

Si bien se sabía que “la exposición comunitaria y de contactos cercanos contribuyen a la diseminación del COVID-19”, según el trabajo, “comer y beber en instalaciones que ofrezcan la opción de hacerlo podrían ser factores de riesgo importantes”. En circunstancias en las cuales “el uso de máscaras y la distancia social son difíciles de mantener, como cuando se come y se bebe”, los esfuerzos por reducir la posible exposición son más difíciles de realizar.

En total, 154 participantes en el estudio dieron positivo en la prueba de SARS-CoV-2, mientras que 160 dieron negativo y sirvieron como grupo de control. Todos respondieron preguntas sobre el uso de máscaras en áreas públicas y sobre los sitios que habían visitado dos semanas antes de haber manifestado síntomas. El 71% de los que dieron positivo dijeron que habían usado máscaras, en comparación con el 74% de los que dieron negativo; además, habían asistido a restaurantes, bares o cafés.

Además de la imposibilidad de mantener el barbijo puesto todo el tiempo, como se puede hacer en un gimnasio o una tienda, los clientes de restaurantes se expusieron a una circulación de aire peligrosa. “La dirección, la ventilación y la intensidad del flujo de aire pueden afectar la transmisión del virus, aun si se implementan medidas de distancia social y uso de máscaras”, agregó el CDC.

El segundo factor llamativo entre los que dieron positivo es que tenían mayores probabilidades de haber estado en contacto con gente con COVID-19: 42%, en comparación con el 14% del grupo de control. De esos contactos, el 51% eran familiares.

Ese es uno de los elementos que destacó la Asociación Nacional de Restaurantes (NRA) de los Estados Unidos para criticar el informe, según detalló la publicación sectorial Restaurant Business. “Todavía no encontramos pruebas de una transmisión sistémica del coronavirus que provenga de los restaurantes que donde se siguen con efectividad nuestras Normativas para la Reapertura”, dijo el grupo en un comunicado. “Cuando los restaurantes evidencian esfuerzos de mitigación efectivos, el riesgo es bajo al cenar tanto al aire libre como en interior”.

La respuesta de la NRA subrayó que el estudio del CDC muestra una correlación, no un vínculo de causa-efecto: “El estudio nos dice que la gente que recibió un diagnóstico de COVID-19 también había salido a comer. No hay una prueba clara de que hayan contraído el virus en un restaurante, realmente”. La asociación, que ha predicho una caída en las ventas en los restaurantes del país de USD 240.000 millones en 2020, enfatizó: “Los resultados que denuncian a los restaurantes específicamente no están respaldados por los datos ni la metodología”. (Infobae)

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