Afganistán: abundante litio, pletóricas tierras raras y ganancias financieras del Pentágono y Wall Street

Bajo la lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Detrás del desastre muy cantado de Estados Unido y la OTAN en Afganistán (https://bit.ly/3sBYqam) se encuentra el velo de las enormes ganancias circulares del Pentágono y la bancocracia de Wall Street, además de las pletóricas reservas de tierras raras y litio (https://bit.ly/3B5R8Pr).

Al contrario de la revista globalista británica The Economist –que disminuye a la mitad los costos de la guerra en Afganistán y que promovió el narconeoliberalismo-militarizado (https://econ.st/3kgt3hN)–, la Universidad Brown de Estados Unidos publicó, tres meses y medio antes de la humillante caída de Kabul, la cuantiosa inversión de Estados Unidos durante 20 años aparentemente estériles, que ascienden a 2.26 millones de millones de dólares (trillions en anglosajón) que fueron desglosados de la siguiente manera :1) 933 mil millones para los gastos militares; 2) pago de 530 mil millones de intereses (¡mega-sic!) del préstamo para su guerra; 3) 443 mil millones de incrementos a la base presupuestal del Pentágono; 4) 296 mil millones para cuidado de veteranos de guerra, y 5) 59 mil millones del presupuesto del Departamento de Estado (https://bit.ly/3sDGaOc).

Los costos del proyecto de guerra en Afganistán estiman que 241 mil personas han muerto como resultado directo de esta guerra y constituyen una parte de los costos más amplios de las guerras de Estados Unidos después del 11 de septiembre que se extienden a Irak, Siria, Yemen, Somalia y otros lugares.

Así, resulta que el complejo-militar-industrial de Estados Unidos y sus guerras eternas practican la economía/finanzas de guerra y la destrucción nihilista de los países que invade.

Estas cifras perturbadoras contrastan con el PIB nominal de Afganistán –casi 20 mil millones de dólares, según el FMI–, uno de los países más pobres del planeta con ingresos de menos 2 dólares al día de 90 por ciento de su población (https://bit.ly/3zaWCaQ), sin contar su primer lugar global en mortalidad infantil, pese a ostentar en sus entrañas pletóricas reservas de minerales de tierras raras y litio.

En un escrutinio expedito, se deduce que la industria de defensa de Estados Unidos –con sus célebres empresas Raytheon, Lockheed Martin, General Dynamics, General Electric, Northrop Grumman, Boeing– obtuvieron abultadísimas ganancias, al unísono de los cuantiosos ingresos financieros por intereses de la bancocracia de Wall Street.

No aparecen tramposamente los beneficiarios del pago de intereses por el préstamo de guerra ni los costos o ganancias de los numerosos contratistas ni de los 6 mil paramilitares/mercenarios privados de la estadunidense Blackwater/Academi/Xe Services LLC (https://bbc.in/2W34o87) y la británica G4S (https://bit.ly/37W49i0).

Quien invirtió 10 mil dólares en acciones bursátiles de la industria de defensa de Estados Unidos de sus principales cinco empresas hace 20 años, obtuvo hoy jugosas ganancias por casi 100 mil dólares (https://bit.ly/2UBmEoK).

Hace 11 años, The New York Times, con base en un memorándum interno del Pentágono, publicó que Afganistán posee inmensas reservas que lo podrían convertir como la Arabia Saudita del Litio (https://nyti.ms/3gn2arw).

En ese entonces –cuando el general David Petraeus, comandante del CentCom de Estados Unidos se extasiaba de sus cantidades inmensamente significativas– se calculaba su valor en un millón de millones (one trillion, en anglosajón). Hoy, 11 años más tarde, la cotización del litio se ha disparado (https://bit.ly/3B0Yrb8).

Ahora, el mayor temor de Estados Unidos se (con)centra en la santa alianza minera de los talibanes y China (https://bit.ly/3gmp6XO), con el fin de explotar las pletóricas reservas de minerales en tierras raras (https://bit.ly/3B1Dtsx) en Afganistán, indispensables para las aplicaciones de las nuevas tecnologías militares, espaciales y computacionales.

La nueva geopolítica de las tierras raras en el siglo XXI expone la gran vulnerabilidad de Estados Unidos frente a China cuando las reservas de tierras raras en Afganistán tendrían hoy un valor de 3 millones de millones de dólares. Quizá esa haya sido la peor derrota allí de Estados Unidos.

alfredojalife.com

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