Para ganar, se requiere firmar un nuevo ‘pacto de corbatas’ en el PRM


Por Matías Reynoso Vizcaíno

(Perdónenme el aturdimiento, pero creo que todos saben que a partir del 24 de marzo del 2019, el cantautor y exdiputado Manuel Jiménez pasaría a las filas del PRM.  Por lo que no salgo del asombro, que en hora meridiana algunos de los perremeistas no saben claramente a que iría Manuel a dicho partido. 

En consecuencia se articula un hormigueo o picor de interrogantes como las siguientes: A qué viene Manuel Jiménez al Partido Moderno Revolucionario: ¿a cantar?, ¿a aportar votos?,  ¿a sumarse a las fuerzas internas?, ¿a zanjar las diferencias?,  ¿a adherirse a uno de los precandidatos a la alcaldía de SDE? o, ¿a convertirse en el candidato del PRM?

[…] Lo extraño a todo esto es que se dice de la incansable trabajadora secretaria general del PRM Carolina Mejía, que ella no se presentará a la juramentación de membresía del nuevo ¨refuerzo¨ que supone, llegaría al PRM para aglutinar, terciar y mostrar sus músculos, sus tropas y preferencia electoral para exhibir a un PRM más compacto y vigoroso con miras a las elecciones municipales de febrero del año 2020.

Entonces de no haberse concretado un acuerdo previo e inteligente de unidad partidaria, ¿qué  pasaría en el futuro inmediato «con la plaza del ayuntamiento de SDE», Manuel Jiménez, Luis Abinader y el PRM? ¿Se profundizarían las contradicciones internas en el Partido más allá de las elecciones del 2020?

Solo me resta pensar en el espacio vacío que existe en la ciudad de Santo Domingo Este (por los errores, torpezas y descuidos cometidos por la actual administración de Alfredo Martínez) y que, el PRM teniendo la oportunidad de reemplazarlo, no lo pueda reemplazar.

Particularmente a mi mente llegó un aluvión de recuerdos de aquellos ¨líos¨ de grupos que se escenificaron la Casa Nacional a raíz de la campaña electoral del 1996 en el PRD: ¨de sillas y patadas voladoras¨. Por ejemplo, recuerdo el caso de los candidatos de entonces, a la alcaldía del Distrito Nacional, el Ing. Miguel Vargas Maldonado, el Lic. Julio Mariñez y el Ing. Eligio Jaquez que por la tozudez de cada uno, entre ellos, al no ponerse de acuerdo en elegir el candidato con las mejores probabilidades de triunfo prefirieron  ¨romper la taza, y la rompieron¨.  ¡La lucha fue visceral! Al final tuvo que intervenir el líder máximo de esa parcela el Dr. José Francisco Peña Gómez, para caldear los ánimos y limar asperezas al grado de ¨salvar¨ la situación.  La diferencia de hoy consiste en que, Peña Gómez (líder máximo e indiscutible) ya no está físicamente para resguardar los intereses del PRD mucho menos los del PRM… tampoco nadie, en estos años de ausencia del líder, ha podido calzar sus botas.

Por lo último, es casi seguro, que para ganar, se requiere firmar un nuevo pacto de unidad en procura de alzarse con la conquista de la presea del Ayuntamiento Municipal de Santo Domingo Este […] dejando las diferencias, los malos entendidos y los dimes y diretes, atrás.  El acuerdo debería firmarse, (producto de un consenso al consultarse la base, quizá en un congreso, por encuestas u otros mecanismos modernos que coadyuve a simplificar la selección del candidato idóneo, y no convencional), entre los candidatos del H20: ¨Dio Astacio¨, ¨Adán Peguero¨ y ¨Katia Báez¨ y el único candidato de Luis Abinader: ¨Manuel Jiménez¨, más la bendición de sus respectivos padrinos, para llevar un candidato en común en la boleta municipal del Partido que represente dignamente a dicha organización en el próximo torneo electoral; de lo contrario (si se pelean entre sí), el Ayuntamiento de Santo Domingo Este seguirá en manos del PLD.

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