Quién era Alejandro Aparicio, el alcalde mexicano asesinado una hora después de asumir el cargo

El 2019 para los mexicanos arrancó con un nuevo golpe de violencia política. Alejandro Aparicio, el recién electo presidente municipal de la ciudad de Tlaxiaco, fue acribillado por dos hombres cuando se dirigía al Ayuntamiento por primera vez, a tan solo una hora de haber tomado posesión.

Aquí te contamos quién era el alcalde asesinado y qué pudo haber ocasionado su muerte.

Una tendencia preocupante

Este 1 de enero se llevó a cabo la investidura de 205 presidentes municipales en el estado mexicano de Oaxaca. El ataque contra Aparicio se produjo mientras recorría las calles del municipio de Tlaxiaco, justo tras la ceremonia de toma de posesión. El alcalde y otras cuatro personas, fueron trasladados al hospital para recibir atención médica. Alejandro Aparicio, quién había sido herido de bala en el tórax, no resistió y falleció después de llegar al centro de salud.

La Policía mexicana pudo detener a uno de los agresores, según informó el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.

«Condeno enérgicamente el ataque contra el Presidente Municipal de Tlaxiaco. Solicité una exhaustiva investigación al Fiscal General y éste me informa que ya tiene detenido al probable autor del homicidio. Expreso mi pésame a los familiares y al pueblo de Tlaxiaco», comunicó el gobernador a través de su cuenta de Twitter.

Alejandro Aparicio había vencido en las elecciones regionales como candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien para su primer año de Gobierno tiene entre sus retos frenar la inseguridad que vive el país.

Diputado municipal

Alejandro Aparicio Santiago fue electo diputado local por el Distrito VIII del municipio de Tlaxiaco en octubre del 2016. Su elección, sin embargo, pasó por una serie de conflictos y fue declarada nula por el Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca. Solo la intervención del Tribunal Electoral federal, que revocó la sentencia del tribunal de Oaxaca, hizo posible la confirmación de Alejandro Aparicio y el 10 de diciembre del 2016 el perredista comenzó su periodo como legislador.

Al inicio de su trayectoria, el político impulsó reformas a la ley de desarrollo rural sustentable del estado, incluyendo medidas de moderación y adaptación al cambio climático en las diversas actividades agropecuarias, además de asignar programas y recursos para cada actividad agroalimentaria.

En marzo del 2017, el también presidente de la Comisión de Desarrollo Rural del Congreso de Oaxaca, presentó una iniciativa para defender la soberanía alimentaria y recuperar las prácticas tradicionales que asegurarían la conservación de la biodiversidad de ese estado mexicano. Pidió defender las tierras de los cultivos de transgénicos, sobre todo de maíz y soja, por ser considerados altamente contaminantes.

Además, presentó un Punto de Acuerdo para promover la producción y cultivo de amaranto, un alimento básico y estratégico para el desarrollo de Oaxaca.

Durante su legislatura se centró en el desarrollo de la economía y el mercado local, priorizando el poder de los campesinos, la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo tradicional. En su primer informe presentó numerosas iniciativas que proponían la construcción de una sociedad libre, justa, solidaria y democrática.

Ese mismo año, su yerno, Óscar Espinosa Coraza, fue asesinado a balazos en su domicilio en la colonia El Chapulín.

Una estela de violencia política

Aparicio es el segundo alcalde asesinado durante la presidencia de López Obrador. El pasado 16 de diciembre, Olga Kobel, alcaldesa del municipio de Juárez en el estado de Coahuila, fue hallada muerta con señales de violencia después de haber estado desaparecida por seis días.

El año 2018 transcurrió bajo las constantes secuelas del proceso electoral más sangriento de la historia moderna de México. El histórico sufragio presidencial, que por primera vez dio la victoria a un líder de la izquierda, estuvo marcado por el asesinato de más de 150 políticos.

De acuerdo con un informe elaborado por la consultora Etellekt, también fueron asesinados 351 funcionarios no electos, 307 de ellos pertenecían a agencias de seguridad. El número de agresiones superó por mucho el número de muertos, pues en total hubo 774, de las cuales 715 fueron directamente contra los políticos y 59 contra sus familiares.

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