El mundo en 2019

¿Qué traerá 2019 a la política internacional? Con este especial, EOM se propone dar todas las claves: los acontecimientos que marcarán la agenda, los actores más relevantes, las tendencias que definirán el rumbo. Resúmenes sobre las seis grandes regiones del mundo y las 3 potencias mundiales: Estados Unidos, China y Rusia.

2019 no será un año de cambios radicales. Más bien al contrario: el mundo será testigo de cómo las principales dinámicas que han definido los últimos tiempos siguen condicionando el rumbo este año y empiezan a ser puestas a prueba. Esas dinámicas pueden reducirse a tres principales: la competición entre China y Estados Unidos, la consolidación de un escenario multipolar y el auge del populismo nacionalista.

Europa en 2019

El próximo año va a ser crucial en Europa. Por un lado, se espera que las elecciones europeas y otras citas nacionales con las urnas sirvan para amplificar las posiciones euroescépticas que tratan de socavar el proyecto supranacional. Por otro, la salida de Merkel y la debilidad interna de Macron dificultan que el eje franco-alemán siga marcando el rumbo de la Unión. Por si fuera poco, antes de verano el Reino Unido posiblemente habrá dejado de ser un país miembro. Nada será igual en el Viejo Continente en 2019.

Los lideres comunitarios festejan el cambio de ciclo y, con él, la proximidad de su ocaso. Una de las figuras que recibe el año ataviada con una mortaja política es Angela Merkel. La canciller alemana, presidenta también de la formación conservadora Unión Demócrata Cristiana hasta diciembre de 2018, declaró que no se presentaría a las elecciones de 2021, lo que supondrá el fin de una era que ha durado más de 13 años. Sin embargo, el espíritu de la mandataria germana no desaparecerá del todo con su futura retirada como canciller dentro de tres años, ya que su favorita para liderar el partido, Annegret Kramp-Karrenbauer, ha resultado elegida —por un estrecho margen—. El peligro del ascenso de la nacionalista Alternativa Para Alemania (AfD por sus siglas en alemán) la gran culpable de la pérdida de votos de Unión Demócrata Cristiana, centrará el discurso de Kramp en 2019. La actual canciller, por su parte, tras liberarse de la dirección del partido, comenzará a cimentar su legado político sin grandes cambios en política interior o exterior, por lo que se espera que 2019 sea un año más sosegado para Merkel.

Rusia y el espacio postsoviético en 2019

En los últimos tiempos, Rusia ha tratado de recuperar su antiguo estatus de gran potencia, y aparentemente lo está consiguiendo, aun a costa de pagar un gran precio a nivel interno: a pesar de contar con enormes capacidades militares, diplomáticas y energéticas, su economía está estancada. En 2019 el Kremlin mantendrá su ofensiva geopolítica, pero puede que también empiece a sentir el descontento de sus ciudadanos con mayor intensidad.

El espacio postsoviético es una extensa región compuesta por 15 países muy diversos y una clara potencia, Rusia, alrededor de la cual orbitan de una forma u otra todos los demás. Rusia considera esta región su zona de influencia y en 2019 seguirá presionando para hacer valer sus intereses. En Europa del Este y la región báltica esto se traduce en mantener un pulso con Occidente que podría llegar a la escalada militar, pero que también se seguirá dando de manera más sutil mediante sanciones económicas, injerencia electoral o desinformación.

Mientras, el Kremlin seguirá dedicando muchos esfuerzos a la política exterior buscando volver a situar a Rusia en una posición relevante a nivel mundial por puro interés geopolítico, pero también como forma de apartar la atención de los ciudadanos rusos del pobre estado económico y político del país. En 2019 Moscú jugará un papel todavía más activo en Oriente Próximo y Asia, aunque está por ver si los éxitos en el exterior siguen apaciguando el descontento interno.
Pulso entre Rusia y Occidente
A la vista de algunos de los acontecimientos que deja 2018, por un momento podría parecer que nos hemos trasladado de nuevo a la Guerra Fría.

Oriente Próximo y el Magreb en 2019

Oriente Próximo cierra 2018 con una Arabia Saudí en plena crisis diplomática, una Turquía que anuncia una nueva operación en el norte de Siria e Irán en su mejor momento en cuanto a influencia exterior. En 2019 veremos un Al Asad más cerca de su victoria y un Teherán que continuará con su expansión regional mientras intenta mantener la estabilidad política interna. Por su parte, Arabia Saudí tendrá que replantear su política exterior para recuperar las relaciones diplomáticas que los escándalos han dañado. Todo esto vendrá acompañado de un aumento del descontento social por la incapacidad de los Gobiernos de la región para solucionar los problemas de sus ciudadanos.

El tablero sirio

se ha convertido desde 2011 en una representación a escala de la geopolítica de Oriente Próximo. En 2019 las luchas de poder regionales van a tener su representación en las dinámicas de uno de los conflictos más dramáticos de las últimas décadas. Se seguirá avanzando hacia la resolución, lo que no implica una pacificación absoluta del país. La forma en que evolucione influirá en la política regional de los principales actores implicados.

Las grandes potencias van haciéndose a la idea de que Al Asad ha conseguido mantenerse en el poder y de que cualquier tipo de salida al conflicto va a tenerlo sentado a la mesa. 2019 estará marcado por el esfuerzo de las fuerzas asadistas para asentar su poder y recuperar el control total del país y, lo que es más importante, volver a ser visto como un actor válido en las negociaciones.

La cada vez más próxima victoria del mandatario no va a agradar a todas las potencias involucradas en el conflicto. Las posibles concesiones que Turquía, EE. UU. o Israel tendrían que hacer en caso de triunfar Al Asad es, probablemente, el elemento más relevante de cara a este 2019 en el conflicto sirio.

América Latina en 2019

América Latina afronta 2019 en pleno proceso de profundas transformaciones políticas y económicas. Estos doce meses pueden marcar un punto inflexión en la región: elecciones en Uruguay, Argentina y Bolivia, el primer año de Bolsonaro en Brasil y López Obrador en México, crisis en Venezuela, las tensiones sociales en Centroamérica y la cuestión migratoria con Estados Unidos, entre otros factores, deberán tenerse en cuenta.

América Latina despide el 2018 como uno de los años de mayor intensidad política y convulsión de las últimas décadas. A lo largo de estos meses han emergido algunas cuestiones que marcarán el devenir de la región en el próximo 2019. Por un lado, problemas que tienen en principio un alcance nacional, pero que pueden generar repercusiones imprevisibles en la zona; por otra parte, temas que afectan a varios países a la vez y para los que aún no se ha ofrecido una solución completa.

El carácter heterogéneo de la región ha quedado nítidamente reflejado recientemente. Países con un desempeño económico muy positivo, como Chile, Bolivia, Colombia, República Dominicana o México, cohabitan con otros en una fase de crisis aguda, como Venezuela, Argentina o Brasil. En el mismo sentido, existen Gobiernos que apuestan por una integración regional marcada por la liberalización de los mercados, mientras otros dirigentes buscan primar la unidad política, lo que lleva a choques entre modelos contrapuestos, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América —impulsada por Venezuela— o Unasur frente a otros acuerdos y organizaciones, como la Alianza del Pacífico o Mercosur.

Asia-Pacífico en 2019

2019 obligará a seguir de cerca los acontecimientos en la península de Corea, las reformas económicas y constitucionales de Japón o los nuevos juegos de alianzas entre la ASEAN, China y EE. UU. La creciente represión en las redes o conflictos estancados desde hace décadas también serán de vital importancia para comprender una región que cada año que pasa tiene más relevancia para el resto de los habitantes del mundo.

La victoria del multilateralismo

Resulta imposible comprender las dinámicas que regirán Asia-Pacífico en 2019 sin atender al pulso entre China y EE. UU. por imponer su influencia en la zona, un combate que ya viene de lejos y cuyo ritmo y beligerancia se han intensificado a lo largo del último año en forma de sanciones comerciales cruzadas. A pesar de que Washington y Pekín han alcanzado una tregua, nada apunta a que Xi Jinping vaya a ceder ante la retórica de Trump de “Estados Unidos primero”, pues supondría un desgaste político que, en un momento de ralentización del crecimiento económico, no se puede permitir. El choque de trenes transpacífico amenaza con llevarse por delante cadenas de suministro ensambladas durante más de dos décadas y que han hecho del sudeste asiático el ojo del huracán de la economía mundial. Sin embargo, a pesar de la insistencia de Trump en retroceder en las dinámicas del libre comercio con el fin de defender los intereses estadounidenses, lo cierto es que todo apunta a que será EE. UU. el malparado.

África subsahariana en 2019

Las elecciones en Nigeria y Sudáfrica sobresalen en la agenda política africana de 2019, un año en el que el continente seguirá incrementando su relevancia en los ámbitos económico y geopolítico. No obstante, los desafíos de la inseguridad, el subdesarrollo y la mala gobernanza seguirán siendo lastres acuciantes para el potencial africano.

2018 fue un año de contrastes en África. Por un lado, volvió a ponerse de manifiesto que la pobreza, la desigualdad, los conflictos y la mala gobernanza siguen siendo obstáculos muy vigentes que no desaparecerán en los próximos doce meses. Pero, por otro lado, para alimentar la compleja paradoja africana, mezcla de resignación y esperanza, admiración y optimismo con ciertas dosis de desconsuelo, África se ha presentado una vez más como un continente donde todo es posible.

Fue posible que Etiopía y Eritrea se reconciliaran tras dos décadas de conflicto. También que en el primero una defensora de la igualdad de género, Sahle-Work Zewde, llegara a ser, democráticamente, la única presidenta en África. Posible fue que, en un país sumido en el conflicto y la pobreza, el doctor congoleño Denis Mukwege ganase el premio Nobel de la Paz por su lucha contra la violencia sexual. Como también lo fue que 44 países firmaran un tratado de libre comercio en aras de dotar de mayor integración al continente, acompañado de un nada desdeñable protocolo para la libre circulación de personas.

Estados Unidos en 2019

Estados Unidos encara 2019 como un año transitorio entre la consolidación de la presidencia de Donald Trump en 2018 y las presidenciales del año 2020. Varios asuntos relevantes marcarán la agenda, desde la guerra comercial con China hasta la postulación de candidatos presidenciales, especialmente demócratas. Todo ello en un contexto en el que la economía y la política tienden a la parálisis.

Si 2018 fue el año en el que la presidencia de Donald Trump quedó normalizada, tanto en el aspecto de sus políticas como en su peculiar forma de llevar los asuntos de la nación, 2019 será el año en el que se comience a hacer un balance general de su mandato y empiecen a perfilarse en el horizonte las presidenciales de 2020. Pero, a pesar de que durante esta etapa nada ha descarrilado en Estados Unidos —al contrario de lo que se vaticinaba—, tiene varios frentes abiertos tanto dentro como fuera del país que pueden llevarlo a algunas dificultades y minar su capital político de cara a la reelección de 2020.

La política interna ya mira a 2020

Uno de los aspectos en los que se fundamentó la victoria de Trump allá en 2016 fue el económico y laboral. Tal es así que las cifras de crecimiento —que han llegado a ser superiores al 4% durante 2018— y una tasa de desempleo históricamente baja han sido esgrimidas como ejemplos de las promesas cumplidas y de su capacidad como político y gestor. Más allá de su mayor o menor papel en estos logros, lo cierto es que lo bueno no dura para siempre.

China en 2019

El año 2018 termina con la rivalidad entre Washington y Pekín escenificada en el plano comercial. 2019 será clave para la metamorfosis china a potencia mundial; rivalidades tecnológicas y desplazamientos geopolíticos son solo algunos de los capítulos a los que nos enfrentaremos este año.

2019 marcará el 70.º aniversario de la República Popular China y, con este, un nuevo hito para el comunismo mundial. No solo ha conseguido superar a la Unión Soviética como país socialista más longevo —la primera duró casi los 69 años que China cumplió en 2018—, sino que ha crecido de manera exponencial en estas décadas hasta convertirse en la segunda economía mundial —preparada para relevar a Estados Unidos a la cabeza de esta lista en 2032—, el primer país en materia de reservas de divisas y una potencia diplomática que comienza a tener más influencia en regiones tradicionalmente apartadas de su área de seguridad, como América Latina o África.

¿Habrá sorpresas a nivel interno?

La crisis de liderazgo hasta el relevo de Hu Jintao se salvó con la subida al poder de Xi Jinping en 2012. La nueva visión, más proactiva, participativa y responsable, de los asuntos internacionales ha hecho aparecer a Xi como una pieza clave a largo plazo. 2018 vio la consolidación de su poder y, con ello, la confirmación de la vía imperativa y centralizada, apartada de las visiones revisionistas de los ochenta.

En 2019 Xi continuará su camino de retener y ampliar su poder.

elordenmundial.com

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