Asesinos en serie que marcaron la historia criminal

Imágenes de archivo de los asesinos (desde arriba izq.) Luis Alfredo Garavito, Andrei Chikatilo, Gary L. Ridgway y Alexander Pichushkin.

El expolicía ruso Mijaíl Popkov, condenado por 78 asesinatos, supera con creces a otros dos conocidos asesinos en serie de Rusia y se sitúa entre los peores de la historia criminal reciente.

– Los precedentes rusos –

– En 2007, Alexander Pichushkin fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de 48 personas. Mató a la mayoría de sus víctimas, muchas de ellas ebrias encontradas en un parque, a golpes de martillo, asfixiándolas o ahogándolas en las alcantarillas.

Apodado «el asesino del ajedrez», quería que el número de sus víctimas correspondiera al de las casillas del tablero de ajedrez, es decir 64.

– En 1992, Andréi Chikatilo fue condenado a muerte por violar, asesinar y mutilar a 52 adolescentes, niñas y mujeres entre 1978 y 1990 en Rusia, Ucrania y Uzbekistán.

Conocido como «el ogro de Rostov», un exprofesor casado y padre de familia, fue ejecutado en 1994.

Su investigación se vio salpicada por múltiples errores, como la ejecución de un inocente por los crímenes cometidos por Chikatilo.

– De Colombia a Alemania –

– En noviembre de 2018, el estadounidense Samuel Little, ya condenado a cadena perpetua por matar a tres mujeres, confesó haber cometido 90 asesinatos.

El FBI ya confirmó su responsabilidad en la muerte de 34 personas, en su mayoría mujeres marginales, a menudo prostitutas o drogadictas, y en muchos casos negras o latinas, asesinadas entre 1970 y 2005 en Estados Unidos.

Este exboxeador mataba a sus víctimas con golpes violentos o asfixiándolas, y luego abandonaba sus cuerpos.

– El enfermero alemán Niels Högel, condenado a cadena perpetua por la muerte de seis pacientes, confesó 100 asesinatos más al iniciarse un nuevo juicio en octubre de 2018. Los investigadores consideran que el número de víctimas podría llegar a más de 200. Éstas sucumbieron a las sobredosis de medicamentos que Högel les inyectaba con la idea de reanimarlas e impresionar a sus superiores.

«Este trabajo no estaba hecho para mí», reconoció el enfermero.

– El estadounidense Gary Ridgway, expintor de carrocerías, fue condenado a cadena perpetua en diciembre de 2003 por haber estrangulado a 48 mujeres, la mayoría prostitutas o fugitivas, entre 1982 y 1984 en la región de Seattle.

Apodado el «asesino del Green River», en alusión al río donde fueron hallados los cuerpos de sus primeras cinco víctimas, los investigadores le atribuyen 90 asesinatos en total. «He asesinado a tantas mujeres que me cuesta acordarme de todas ellas», declaró.

– Harold Shipman, médico de familia instalado cerca de Mánchester, en Reino Unido, fue condenado en 2000 a perpetuidad por matar a 15 personas entre 1975 y 1998 inyectándoles morfina. Se ahorcó en su celda en 2004.

Un año después, una investigación oficial atribuye a Shipman, llamado el «doctor muerte», el asesinato de unos 250 pacientes.

– Luis Alfredo Garavito, un vendedor ambulante apodado el «monstruo de Génova», como su ciudad natal en Colombia, fue condenado a 835 años de cárcel en el 2000 por el asesinato de 189 niños.

Se hacía pasar por discapacitado, empleado de oenegé o monje y llevaba a sus víctimas hasta lugares aislados ofreciéndoles golosinas o dinero. Después los hacía beber y los violaba, a la mayoría de ellos, antes de matarlos. Algunos de ellos fueron encontrados decapitados. Cuatro de sus crímenes fueron perpetrados en Ecuador.

– En 1980, el colombiano Pedro Alonso López Monsalve fue detenido en un mercado de Ambato, en Ecuador, después de haber intentado secuestrar a una niña. Confesó entonces haber estrangulado a al menos a 310 niños de familias desfavorecidas en Ecuador, Colombia y Perú.

Inicialmente acusado de violación y asesinato de cuatro niños en Ecuador, el «monstruo de los Andes» llevó a la policía a un campo donde estaban enterrados otros 53 cadáveres de niñas. Condenado a 16 años de cárcel, la máxima pena en Ecuador, fue extraditado en 1994 hacia Colombia. Tras pasar un tiempo en un hospital psiquiátrico, fue liberado y desapareció de circulación. Actualmente tendría 70 años.

AFP

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