Irán intenta sacar partido de su buena voluntad política

Irán afrontará a partir del lunes una nueva tanda de sanciones económicas estadounidenses pero, a nivel diplomático, tiene el consuelo de haber mejorado su posición en comparación con el pasado.

Durante el último periodo de sanciones, entre 2010 y 2015, la mayor parte del mundo respaldaba la idea de Washington de reforzar los castigos para frenar el programa nuclear iraní.

Estados Unidos estaba presidido entonces por Barack Obama, ampliamente respetado, mientras que Irán estaba liderado por el agitador y polémico Mahmud Ahmadineyad.

En la actualidad, frente a la administración de Donald Trump, Irán es el que parece para varios analistas el actor responsable.

Los gobiernos europeos y asiáticos recibieron con espanto la noticia de que Trump había decidido abandonar el acuerdo nuclear de 2015, alcanzado con mucho esfuerzo y que Irán estaba cumpliendo.

Los únicos gobiernos que apoyan la posición de Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel, se enfrentan a crecientes críticas por su propio comportamiento, en particular tras el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi.

«Durante la última ronda de sanciones había una visión muy binaria de Irán como la encarnación del mal en la región, y todos los demás estaban en línea con lo que los europeos y otros actores querían», señala Ellie Geranmayeh, experto en Irán del European Council on Foreign Relations (ECFR).

«Pero ahora hay un debate público mucho más complejo sobre los otros actores regionales y una constatación de que todo el mundo juega un juego muy sucio en Oriente Medio. Nadie cree que Irán es un santo, pero hay una visión mucho más matizada», añade.

– «Suicidio diplomático» –

El problema para Irán es saber si su buena voluntad diplomática puede traducirse en beneficios tangibles, especialmente económicos.

Las sanciones ya sumieron al país en la recesión, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), y los analistas estiman que perderá al menos la mitad de sus exportaciones de petróleo a partir del 5 de noviembre.

Europa busca mecanismos especiales para que el comercio siga fluyendo, pero sus empresas privadas no quieren enemistarse con el departamento del Tesoro de Estados Unidos.

«Incluso si los europeos dan muestras de buena voluntad e inventan esos mecanismos burocráticos, el sector privado no está interesado en usarlos», dijo Clement Therme, investigador especializado en Irán en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).

Irán espera, sin embargo, poder contar con el apoyo de gobiernos europeos y asiáticos para, al menos, mitigar los peores efectos de las sanciones.

Pero el guía supremo, Alí Jamenei, ha dejado claro que su país no esperará indefinidamente si se evaporan los beneficios económicos del acuerdo nuclear.

«Es una elección entre lo malo y lo peor. La opción de retirarse del JCPOA sería un suicidio diplomático», dijo Therme usando el nombre técnico del acuerdo nuclear.

«Aunque el apoyo político de Europa, Rusia y China no es perfecto, es mejor que nada», añadió. «Pero el sentido de dignidad de Irán hace muy difícil permanecer en el acuerdo si todos los grandes compradores dejan de adquirir petróleo o reducen sus compras».

Según Mohamad Marandi, un analista político de la Universidad de Teherán, la idea aún se debate en los círculos del poder en Teherán.

«Si los europeos no logran hacer frente a la intimidación de Estados Unidos y los iraníes tienen serios problemas para exportar petróleo, creo que Irán se saldrá del JCPOA», considera.

Teherán confía en que podrá capear las sanciones y los analistas señalan su larga experiencia usando redes informales y el contrabando para hacer que el dinero siga fluyendo.

Lo que les preocupa es la falta de un desenlace definido.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, resumió 12 demandas con las que limitar la influencia de Irán en Oriente Medio, pero los analistas consideran que equivalen a una petición de cambio de régimen.

«Con Obama, las sanciones tenían el objetivo claro y alcanzable de hacer que Irán se sentara a negociar sobre la cuestión nuclear», recuerda Geranmayeh.

«El plan de 12 puntos de Pompeo básicamente exige la capitulación del régimen, por lo que la gente se pregunta cómo van a poder acabar algún día las sanciones».

AFP

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