Por Mario Rivadulla
La entrega de la exhaustiva y acreditada Encuesta Gallup sobre el desempeño del gobierno publicada por el matutino Hoy, que la patrocina, nos ofrece la imagen de luces y sombras que proyecta la gestión del Presidente Danilo Medina.
Por lo pronto, pudiera afirmarse que sus resultados no ofrecen ningún panorama novedoso. Vienen a resultar simplemente la confirmación, por vía de la investigación de mercado de la firma encuestadora con amplia experiencia de trabajo de investigación en el mercado dominicano, de lo que a simple vista constituye la percepción generalizada de la mayoría de los ciudadanos.
Como puntos luminosos figura en primer lugar lo que pudiera considerarse el buque insignia del actual gobierno. Con puntuación abrumadora, más de 70 puntos sobre 100, figura la inversión del cuatro por ciento en la educación, y los avances logrados en este campo, pese a las dificultades y obstáculos que han interferido en su buena y mas acelerada marcha.
A continuación con 5.6 puntos, la II línea del Metro, que beneficia a un estimado de casi un millón de personas que pueblan varios de los más populosos barrios, en su gran mayoría de modesta condición económica, para los cuales representa un método rápido, cómodo, seguro y sustancialmente mas económico de transportación. A renglón seguido el teleférico que discurre de una orilla a la otra por sobre el Ozama, la construcción de calles y carreteras, el valioso sistema de emergencias del 9 1 1 y las tan ponderadas visitas sorpresa que cada semana lleva a cabo el mandatario.
En el lado oscuro, obstinadamente aferrado a la primera posición como principal motivo de preocupación ciudadana, el ya consabido de la inseguridad ciudadana, los robos, asaltos, bandas y delincuencia en general con un 66.1 por ciento.
De escolta, la inflación y el alza en el costo de la vida que concita la inquietud de un 46.8 por ciento, y a continuación el desempleo y escasez de fuentes de trabajo, lo que se explica sobre todo si tomamos en cuenta el elevado número de jóvenes que carece de un empleo y cuyo número se hace ascender en números redondos a más de medio millón.
Son tres causales principales de insatisfacción ciudadana expresadas de manera reiterada y consistente no solo por la propia Gallup, sino por las investigaciones llevadas a cabo por otras agencias encuestadoras, que al menos en este aspecto, muestran una similar y creíble coincidencia.
De hacer notar que el tema de la corrupción administrativa que en un momento pareció llegar a un primer plano, ha pasado de nuevo al cuarto lugar quizás producto de la escasa actividad desplegada este año por la Marcha Verde en contraste con la muy frecuente y vigorosa campaña desplegada el precedente 2017.
Si bien en muchos casos la clase política hace empleo mediático y propagandístico de las encuestas, obviando el relativo valor de estas en el tiempo, en tanto son solo un reflejo de calibración del ánimo ciudadano en un momento determinado susceptible de muchos factores cambiantes, usadas como material de estudio resulta un valioso indicativo para analizar las fortalezas y debilidades y corregir el rumbo.
En este caso tanto del interés del gobierno como de la oposición, para introducir los cambios y ajustes requeridos en sus respectivas estrategias: la de uno en su gestión, que a fin de cuentas constituye su mejor pasquín electoral para reclamar el voto de continuidad de los electores, y de la oposición para tratar de desplazarlo y ocupar su lugar.
Todavía de aquí al 2020 hay mucho camino por recorrer, sin olvidar que la encuesta ofrece la nebulosa de un altísimo porcentaje de encuestados que aun no han tomado partido ni decisión sobre la casilla a la que llevarán la marca de su sufragio, de lo cual pudiera depender la clave del triunfo o la derrota.