Víctor Ternovsky
Una mala noticia para quienes sueñan con que Rusia sea borrada de la faz de la tierra. El gigante euroasiático se encuentra en una excelente forma física. Lo demostrará a través de los mayores ejercicios militares desde la Guerra Fría. Se realizarán entre el 11 el 15 de septiembre en Siberia oriental y el Lejano Oriente ruso.
La magnitud del despliegue impresiona. Participarán en los ejercicios casi 300.000 efectivos, más de 1.000 aviones y helicópteros, así como las flotas del Pacífico y del Norte. Además, tomarán parte unidades de los Ejércitos de China y Mongolia.
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El portavoz del Kremlin, Dmítri Peskov, dejó claro que las maniobras tienen que ver con «una coyuntura internacional» cada vez más «agresiva» y «nada amistosa» hacia Rusia, en evidente alusión al constante aumento de la presencia militar de la OTAN en Europa del Este.
En conversación con Radio Sputnik, el analista militar ruso Víctor Baranets hizo un especial hincapié en que «estas maniobras no incluyen actividades en el flanco occidental de Rusia, el cual actualmente es el más importante para la seguridad del país, teniendo en cuenta que en los últimos años la Alianza Atlántica no deja de desplegar nuevas unidades, brigadas, grupos aéreos y fuerzas especiales en las proximidades de la frontera occidental del país».
Según el también excoronel, el que Rusia tenga previsto «llevar a cabo los ejercicios militares en la parte oriental del país es un mensaje de que no tiene la intención de elevar la tensión con la OTAN en su frontera occidental».
Por su parte, el intelectual español José Antonio Egido, experto en política internacional, dijo a nuestra emisora que, «aunque suene un poco paradójico, estas grandes maniobras militares de Rusia» es un mensaje de paz.
Argumentó que el apego de Moscú a la diplomacia es obvio, algo que queda demostrado, en particular, con los esfuerzos de Moscú para traer la paz a Siria, siendo el Kremlin el principal promotor de las negociaciones de Astaná o las de Ginebra para propiciar el diálogo entre las distintas fuerzas políticas de la nación árabe.
Otra cosa es que la «agresividad» de Occidente, que «multiplica focos de tensión» a lo largo de «prácticamente todas las fronteras de la inmensa Federación de Rusia», requiere de una demostración de «la fortaleza militar» por parte de Moscú, lo cual hace con fines «disuasorios», señaló José Antonio Egido.