EEUU mata más de 50 combatientes prorrégimen en un ataque en el este de Siria

Al menos 52 combatientes prorrégimen fueron asesinados el lunes de madrugada durante bombardeos en el este de Siria, atribuido a los Estados Unidos, el ataque más mortífero desde febrero, según la oenegé Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

La ofensiva tuvo como blanco la localidad de Al Hari, situada cerca de la frontera con Irak, donde milicias extranjeras combaten junto al régimen de Bashar al Asad.

Entre los muertos «figuran 30 combatientes iraquíes y 16 sirios, incluidos soldados y miembros de milicias leales» al régimen, dijo a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, quien indicó que los otros seis soldados aún no habían sido identificados.

Medios estatales sirios atribuyeron los ataques a la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, una afirmación que desmintió una fuente de las fuerzas antiyihadistas.

La agencia oficial Sana afirmó, citando a una fuente militar, que aparatos de la coalición internacional mataron e hirieron a varias personas, sin dar más precisiones.

Distintas ofensivas –

La ciudad de Al Hari está situada en la provincia oriental de Deir Ezzor, rica en petróleo, donde las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos, y las fuerzas gubernamentales sirias, apoyadas por Rusia, llevan a cabo ofensivas distintas contra el grupo Estado Islámico (EI).

El EI perdió casi todo el territorio que llegó a controlar en 2014 entre Siria e Irak, pero sigue presente en zonas desérticas transfronterizas, sobre todo en Deir Ezzor.

Las fuerzas gubernamentales controlan los territorios al oeste del río Éufrates, que atraviesa la provincia de Deir Ezzor, mientras que las FDS luchan por expulsar al EI de varias localidades situadas al este, cerca de la frontera iraquí.

Desde 2017 hay una línea de «contención» a lo largo del río para impedir los enfrentamientos entre las FDS y las fuerzas prorrégimen,

La coalición, que interviene en Siria desde 2014 para combatir al EI, golpeó a fuerzas del régimen en los últimos años.

El 24 de mayo, 12 combatientes prorrégimen fallecieron en un ataque aéreo contra posiciones del ejército sirio al sur de Bukamal, una ciudad que el régimen arrebató al EI el pasado noviembre y situada a unos kilómetros de la frontera.

El 7 de febrero, la coalición reconoció haber matado al menos a 100 combatientes prorrégimen en la provincia de Deir Ezzor en represalia a un ataque contra posiciones de las FDS.

Y en septiembre de 2016, unos ataques contra posiciones militares del régimen se cobraron la vida de más de 60 soldados sirios. La coalición reconoció entonces haber confundido a las fuerzas del régimen con yihadistas.

Los ataques contra Al Hari llegan un día después de que las FDS recuperaran Dashisha, una localidad situada en el norte de la provincia de Hasaka.

Dashisha representaba un «importante bastión» del EI en esta provincia y se encontraba en un «corredor vital» que otrora unía los territorios de los yihadistas en Siria e Irak, según el director de la OSDH.

La guerra en Siria dejó desde 2011 más de 350.000 muertos y millones de desplazados.

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