Próxima recesión económica mundial puede ser peor que la de 2008

En la actualidad, las grandes empresas, los bancos y las instituciones financieras están altamente interconectados, y los ‘shocks’ que afectan a uno de estos pueden detonar hasta el colapso de toda una economía, que podría contagiar al mundo, explican los expertos.

El economista Lorenzo Ductor, investigador de la Universidad Middlesex de Londres, en el Reino Unido, ha explicado recientemente a la agencia de noticias británica BBC Mundo que “cada vez que se ha producido una crisis, hemos visto períodos de sincronía de los ciclos económicos”.

Este fenómeno se conoce como “riesgo sistémico” y es una “gran amenaza” a la estabilidad de la economía mundial. Es justamente la sincronía de los ciclos económicos la onda expansiva que aumenta el riesgo de contagio de la recesión de un país a los demás, añade.

La economía se ha vuelto más global en la propagación macroeconómica de la volatilidad, Por lo tanto, la próxima recesión global “podría afectar a una mayor cantidad de países”, comenta Ductor, según publicó el miércoles el medio británico en su página web.

“Yo creo que podría ser peor que la crisis de 2008 en el corto plazo, porque habría más factores para propagar la recesión de un país a otro. Pero también tengo la impresión que gracias a ciertas medidas que se tomaron en 2014, como la capitalización de los bancos, tardaríamos menos años en recuperarnos”, señala el experto.

Aún el mundo no se ha deshecho de las consecuencias de la crisis financiera de 2008, y los expertos pronostican que está a punto de explotar otra similar.

En la medida en que las economías están más interconectadas por la integración financiera, la mayor apertura comercial y las políticas fiscales (como la deuda de los países), el riesgo de contagio de una recesión aumenta.

Lo que ocurre un día en EE.UU. se propaga inmediatamente al resto de los mercados, eso es una “sincronización extrema” dice el analista. “Lo difícil es diseñar políticas óptimas que amplifiquen los efectos positivos de la apertura comercial y, al mismo tiempo, prevengan los efectos negativos de mercados altamente interrelacionados”, considera Ductor.

 

 

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