BEIRUT (Reuters y AFP) -Los combates terrestres continuaban este miércoles en el enclave de Guta Oriental, pese a la tregua humanitaria diaria decretada por Rusia en Siria, mientras que Moscú volvió a acusar a los grupos insurgentes de violar el alto el fuego.
El lunes, Rusia, gran aliado del régimen de Bashar Al Asad, decretó una tregua de cinco horas diarias (de 09H00 a 14H00 -07H00 a 12H00 GMT-) para permitir el abastecimiento de ayuda y la salida de habitantes o heridos del enclave, pero los beligerantes se acusan mutuamente de violarla.
Fuerzas del Gobierno sirio y milicias aliadas ganaban terreno el miércoles en enfrentamientos con rebeldes en Guta Oriental, cerca de Damasco, mientras se intensificaban los combates pese a un plan ruso de un cese al fuego, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Las fuerzas del Gobierno avanzaban en el área de Hawsh al-Dawahira, en la frontera oriental del bastión sitiado de la oposición, según el observatorio. El Ejército sirio y fuentes rebeldes no pudieron ser contactados de inmediato para comentar al respecto.
El plan ruso contempla ceses al fuego diarios de cinco horas en Guta Oriental desde las 9 a.m. a las 2 p.m. (0700 GMT a 1200 GMT). Pero tras una breve calma, el acuerdo colapsó y se reanudaron los bombardeos el martes, el primer día del plan.
Guta Oriental, donde Naciones Unidas dice que viven unas 400.000 personas, es un importante blanco para el presidente Bashar al-Assad, quien ha recuperado varias áreas que habían sido capturadas por rebeldes gracias al respaldo militar ruso e iraní.
El 18 de febrero, el Gobierno y sus aliados iniciaron uno de los bombardeos más intensos en el conflicto de siete años en Siria en Guta Oriental, con un resultado de cientos de muertos en ataques aéreos y de artillería, según el observatorio y rescatistas locales.
Eso llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a aprobar el sábado una resolución que llamaba a un cese al fuego humanitario completo de 30 días y que abarcara todas las regiones de Siria, pero excluyendo a algunos grupos yihadistas.
Moscú y Damasco culparon a los rebeldes por el colapso de la tregua el martes, diciendo que los combatientes habían arrojado proyectiles de mortero a una ruta segura que había sido habilitada para que civiles salieran del enclave.
Los insurgentes negaron haber incurrido en dicha acción y un importante general estadounidense acusó a Moscú de actuar “como pirómano y como bombero” al no contener a Assad.
Por su parte, la agencia oficial siria Sana dio cuenta de un muerto y de cinco heridos, víctimas de los cohetes lanzados por los rebeldes contra Damasco. Según la agencia, otros disparos apuntaron contra un corredor humanitario abierto en el sector de Al Wafidin, con el objetivo de impedir que los civiles abandonen el enclave.
Unas acusaciones de las que se hizo eco el ejército ruso, que aseguró que los rebeldes lanzaron una «ofensiva» contra las posiciones prorrégimen durante la «tregua».
«Los militantes atrincherados» en Guta Oriental «siguen bombardeando Damasco, bloqueando las entregas de ayuda y la evacuación de quienes desean irse», denunció el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, ante el consejo de Derechos Humanos de la ONU.
«Rusia y el gobierno sirio ya anunciaron la creación de corredores humanitarios […] Ahora le toca actuar a los militantes y los que los apoyan», añadió, subrayando que Moscú seguiría apoyando a Damasco para «erradicar definitivamente la amenaza terrorista».
Gracias al apoyo militar de Moscú desde 2015, el régimen sumó victorias frente a los rebeldes y los yihadistas, hasta recuperar el control de más de la mitad del territorio.
«Pese a la superficie limitada respecto a otras zonas todavía en manos de los rebeldes», Guta Oriental es «una prioridad para el régimen, pues constituye una afrenta a su autoridad política a las puertas de la capital», afirmó a la AFP Julien Théron, especialista en conflictos en Oriente Medio y profesor del instituto de ciencias políticas Science Po de París.