Develan el principal secreto del misil ruso Iskander (vídeo)

Rusia ya dispone de un arma hipersónica. Uno de los diseñadores del sistema Iskander reveló una característica secreta de este sistema táctico-operacional: la velocidad del vuelo de su misil alcanza seis Mach.

«Es el primer misil del mundo capaz de alcanzar estas velocidades, controlado a lo largo de toda la trayectoria de vuelo y con un mínimo corte transversal de radar (CTR)», comentó Valeri Drobinoga, uno de los desarrolladores del sistema Iskander-M, al canal Zvezda.

El CTR indica cuán detectable es un objeto mediante radar. Todavía no se ha logrado crear objetos completamente invisibles, pero la tecnología de sigilo puede convertir un misil en un blanco del tamaño de un paraguas plegable, difícil de detectar incluso por un radar grande de defensa aérea. 

Este es solo uno de los aspectos de la famosa invulnerabilidad del Iskander. La principal ventaja del sistema es su inminencia. El misil lanzado no puede ser detenido por defensas de misiles existentes. Volará a la meta designada y la atacará con alta precisión.

Las misiones de vuelo para misiles se preparan en un camión especial que es parte del sistema. Los operadores, sentados delante de unas grandes pantallas, dicen al misil hacia dónde dirigir el ataque.«Primero, se introduce el punto de partida, luego se indica el área de la defensa antimisiles y, por fin, el objetivo. Luego, se traza una ruta y el misil se envía a la meta», explicó Drobinoga. Se tarda no más de cinco minutos en cargar la misión.

En primer lugar, el personal pone en marcha la turbina y baja los gatos. Todo se controla desde una cabina, sin embargo, el personal trabaja con cascos y chalecos antibalas: es una medida de precaución en caso de que en ese momento aparezcan unos saboteadores. Cuando los gatos alcanzan el suelo, el techo se abre total o parcialmente en función del número de misiles a lanzarse. Finalmente, unas potentes transmisiones hidráulicas colocan la munición de cuatro toneladas en posición vertical.El misil abandona el lanzador con una monstruosa aceleración. El diseño, el recubrimiento y una pintura especiales convierten al misil de siete metros en una pequeña rayita en la pantalla del radar. La rayita alcanza rápidamente la altura de 50 kilómetros, se despliega y comienza a picar hacia el objetivo.

A diferencia de Topol y Yars, cuyas ojivas caen desde la órbita obedeciendo solo las leyes de la física, el Iskander continúa maniobrando activamente según una trayectoria impredecible. Para destruir un Iskander, el misil interceptor debería ser al menos el doble de rápido, pero todavía no existe.

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