La Inteligencia de EEUU admite su ‘ineficiencia’ frente a Corea del Norte

Cuando Corea del Norte realizó su quinto ensayo atómico, la Inteligencia estadounidense apuntó a que Pyongyang tardaría años en desarrollar una bomba de hidrógeno, escriben los periodistas David Sanger y William Broad, en un artículo para The New York Times.

No obstante, varios meses después, estas estimaciones parecían volverse totalmente anticuadas. La velocidad con la que Kim Jong-un desarrolló la nueva tecnología de misiles basada en un diseño soviético que podía alcanzar Guam, la costa occidental de EEUU y, finalmente, Washington, tomó por sorpresa y con el pie cambiado a la Inteligencia estadounidense.

A comienzos de septiembre de 2017, Corea del Norte detonó su sexta bomba nuclear. En aquel entonces, muchos analistas llegaron a la conclusión de que este ensayo había sido la primera prueba exitosa de una bomba de hidrógeno, cuya potencia explosiva superó a la de la bomba que EEUU arrojó sobre la ciudad nipona de Hiroshima.Durante varias décadas, la Agencia Central de Inteligencia y otros servicios estadounidenses habían predicho que Pyongyang podría llegar a disponer de ese armamento en algún momento.

«Su incapacidad de prever los rápidos avances que Corea del Norte ha hecho en los últimos meses supone uno de los fracasos más importantes de los servicios de inteligencia», escriben los columnistas, que citan a varios oficiales en servicio y a otros exfuncionarios.

H.R. McMaster, consejero en materia de Seguridad Nacional de Donald Trump, reconoció que la carrera emprendida por el líder norcoreano para culminar su programa nuclear —en un intento de partir con ventaja en unas futuras negociaciones— fue más rápida y corta de lo que se creía anteriormente.

«Nosotros tendríamos que hacerlo todo con mayor urgencia y tendríamos que acelerar la aplicación de nuestros propios esfuerzos para solucionar el problema sin contemplar la posibilidad de un conflicto», dijo.

Otros altos funcionarios de Inteligencia reconocieron que habían hecho dos suposiciones equivocadas. La primera era que Corea del Norte iba a necesitar mucho tiempo para crear sus propias armas nucleares —tal y como sucedió con otras potencias nucleares durante la Guerra Fría—. En esta fase, los expertos estadounidenses subestimaron las posibilidades de Pyongyang a la hora de acceder a avanzados sistemas informáticos y a la experiencia extranjera en este campo.

En segundo lugar, los analistas estadounidenses cometieron un error de cálculo al evaluar qué prioridad daba Kim Jong-un al programa nuclear, cuyo desarrollo no fue tan importante para sus dos predecesores en el cargo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

17 + 18 =