Un estudio publicado en Psychological Bulletin, revista de la Asociación Psicológica de Estados Unidos, destaca que los adultos milenials y los jóvenes de la Generación Z están más obsesionados con la perfección que las generaciones anteriores, esta sensación está vinculada a la depresión y ansiedad.
Los autores del estudio revisaron investigaciones previas sobre el perfeccionismo, que definen ampliamente “como una combinación de estándares personales excesivamente altos y autoevaluaciones demasiado críticas”. También realizaron su propio estudio entre 41,641 estudiantes universitarios estadounidenses, canadienses y británicos entre 1989 y 2016 y descubrieron que el perfeccionismo aumentaba con el tiempo.
Hay múltiples dimensiones en este fenómeno cultural, como lo refiere el estudio, incluido el perfeccionismo auto orientado, que es la presión que se pone a uno mismo para ser perfecto; el perfeccionismo prescrito socialmente, la presión que se siente de la sociedad para ser perfecto, y el perfeccionismo orientado a otros, la presión que uno pone sobre los demás para ser perfecto.
La investigación presenta tres razones para este cambio: el ascenso del neoliberalismo, padres cada vez más ansiosos y controladores, y el creciente poder de la meritocracia.
“El neoliberalismo y su doctrina de la meritocracia se han combinado para dar forma a una cultura en la que se espera que todos se perfeccionen a sí mismos y a sus estilos de vida, esforzándose por alcanzar estándares de realización poco realistas”, afirma el estudio. “Para los padres, esta nueva cultura confiere una carga adicional. Además de su propio deber de triunfar, también son responsables de los éxitos y fracasos de sus hijos “.
La doctora Barbara Greenberg, una psicóloga clínica especializada en asuntos familiares y de relaciones, destaca otro factor importante: las redes sociales. “Estas personas crecieron siendo constantemente evaluadas en las redes sociales”, señala.
Entonces, ¿qué hay de malo en esforzarte por ser perfecto? Puede llevar a un aumento de la depresión y la ansiedad. “La investigación entre estudiantes universitarios y jóvenes, por ejemplo, ha encontrado que el perfeccionismo auto orientado se asocia positivamente con la depresión clínica, la anorexia nerviosa y la muerte temprana”, señalan los autores del estudio. “También se asocia con una mayor reactividad fisiológica (por ejemplo, presión arterial elevada) y malestar (por ejemplo, afecto negativo) en respuesta al estrés y al fracaso de la vida”. Incluso identificaron un vínculo con la ideación suicida.
No es solo el perfeccionismo autoinfligido lo que causa problemas. “El perfeccionismo prescrito socialmente predijo aumentos en los síntomas depresivos y la ideación suicida a lo largo del tiempo, pero en un grado mucho mayor”, dice el estudio. Otro análisis encontró que el perfeccionismo prescrito socialmente se relacionó positivamente con una variedad de trastornos psicológicos y síntomas de trastornos, incluida la fobia social, la insatisfacción corporal, la bulimia nerviosa y la ideación suicida, y tuvo la mayor relación entre otras dimensiones del perfeccionismo y la depresión y la ansiedad.