Rescatistas buscan sobrevivientes en Texas tras paso Harvey, Houston ordena más evacuaciones

ORANGE/HOUSTON (Reuters) – Los rescatistas seguían buscando  a personas atrapadas en zonas inundadas del sudeste de Texas tras el paso del huracán Harvey, y el alcalde de Houston advirtió que los vecindarios occidentales podrían seguir bajo el agua dos semanas más.

La tormenta desplazó a más de un millón de personas y podría haber dejado al menos 44 muertos en unas inundaciones que paralizaron Houston, elevaron los niveles de los ríos a máximos históricos y cortaron el suministro de agua potable en Beaumont, Texas, ciudad de unos 120.000 habitantes.

El alcalde de Houston, Sylvester Turner, pidió la evacuación voluntaria de casas inundadas, que según dijo podrían seguir anegadas mientras el Cuerpo de Ingenieros del Ejército siga liberando agua en el río Buffalo Bayou para evitar un colapso de una represa y un dique.

“Sigue habiendo zonas mortalmente peligrosas”, dijo el gobernador Greg Abbott a periodistas. “El río Neches sigue creciendo. Está cerca de 2,1 metros por encima de su récord y seguirá en ese máximo o cerca de él durante la próxima semana. Esta inundación representa una amenaza continua”.

Los rescatistas seguían trabajando para determinar la gravedad de las inundaciones provocadas por la apertura de las represas del condado de Orange, dijo Rodney Smith, subjefe del Departamento de Bomberos de Cedar Hill, Texas.

“Las llamadas (de emergencia) al 911 nos dan una idea de lo que está pasando sobre el terreno”, comentó Smith. “Si el agua retrocede empezaremos a hacer búsquedas puerta a puerta y cuadra por cuadra para ver si hay alguien aún dentro de sus casas”.

A falta de tres meses para el fin de la temporada oficial de huracanes del Atlántico, una nueva tormenta, Irma, se fortaleció hasta convertirse el viernes en un huracán de categoría 3. Seguía a cientos de kilómetros de la tierra, pero la previsión es que pueda golpear Puerto Rico, República Dominicana y Haití a mediados de la próxima semana.

Harvey interrumpió cerca de una cuarta parte de la capacidad de refinación de Estados Unidos, que está concentrada a lo largo de la costa del Golfo de México, y provocó una escalada en los precios de la gasolina hasta su máximo en dos años antes del fin de semana largo del Día del Trabajo.

El fenómeno climático tocó tierra hace una semana como una tormenta de categoría 4 y el huracán más poderoso que golpea Texas en medio siglo. El jueves se degradó a depresión tropical en su avance al interior, donde descargó cantidades sin precedentes de lluvia y devastó una zona de más de 480 kilómetros en la costa del estado.

El precio promedio a nivel nacional de un galón de gasolina regular aumentó 17 centavos desde la llegada de la tormenta, alcanzando los 2,519 dólares en la mañana del viernes, su nivel más alto desde agosto de 2015, según el grupo AAA.

Preocupaciones por el suministro llevaron al Departamento de Energía a autorizar la liberación de hasta 4,5 millones de barriles de crudo de las reservas estratégicas.

Varias refinerías de la Costa Este se han quedado sin gasolina, aumentando el temor a una escasez de combustible durante la festividad de tres días. En grandes ciudades texanas como Dallas podían verse largas colas en las gasolineras.

El presidente Donald Trump, que el sábado visitará la zona por segunda vez, dijo que “la gente de Texas y Luisiana sufrió el duro impacto de una inundación histórica y su respuesta nos enseñó a todos una lección muy muy poderosa. No hubo brotes de criminalidad, solo hubo un brote de compasión (…) y nos inspiró realmente como nación”.

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