Las sanciones contra China: EEUU le hala las orejas al dragón

EEUU está elaborando una serie de sanciones sobre las importaciones de acero barato que ante todo afectarán a China, líder en el mercado en este ámbito, escribe el experto ruso, Ígor Gashkov en su artículo para Sputnik.

El autor recuerda las recientes restricciones aprobadas contra el banco Dadong que fue acusado de cooperar ilegalmente con Corea del Norte.

«Desde inicios del verano, Washington da golpes puntuales contra los intereses de Pekín, criticándolo por la incapacidad o falta de ganas de impedir el programa misilístico de Corea del Norte. La presión de Washington contra Pekín se intensificó en particular en las últimas semanas. Sin embargo, China no es capaz de permitir que caiga el Gobierno norcoreano pero a lo mejor tampoco le hará concesiones a Washington», pronostica.

Según Gashkov, EEUU posee una serie de mecanismos para presionar a China que a su vez podría presionar a Pyongyang.

«Uno de tales métodos es prestar ayuda a Taiwán que históricamente es un oponente de China», dice al recordar que en junio Washington había anunciado la firma de un contrato militar con el país no reconocido por un valor de 1.400 millones de dólares.

El experto opina que de ese modo EEUU mostró que el país no reconoce la soberanía china en otros territorios tampoco. Así, el 2 de julio, un destructor estadounidense entró en la zona ácuea, cerca de las islas de Paracelso, considerada por Pekín como sus aguas territoriales. Además, varios buques estadounidenses aparecieron en mayo cerca del archipiélago Spratly al haber provocado la reacción de Pekín.

La respuesta de China resultó muy dura, prosigue, al mencionar la declaración del Ministerio chino de Defensa de que las acciones de EEUU habían sofocado seriamente la confianza estratégica mutua y habían afectado las relaciones bilaterales militares.

Gashkov cree sin embargo que EEUU no se propone dar un paso atrás en el asunto territorial y pone de ejemplo las exigencias del secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, de dejar de construir las islas artificiales en el mar de la China Meridional.

El autor indica también que durante su campaña electoral Donald Trump prometió tomar medidas contra China. Ellas suponen ante todo los aranceles de los artículos chinos que podrían elevarse hasta el 45%. Tras su elección, Trump hizo su primera llamada a su homólogo taiwanés y no al chino como sus antecesores. Y aún fue más adelante, escribe, — no descartó establecer relaciones diplomáticas con la isla autodeterminada.

«En abril de 2017, Pekín y Washington intentaron acercarse: Trump se reunió con Xi Jinping en la residencia del presidente estadounidense (…). La conversación no resultó demasiado confidencial. La parte china no fue avisada de antemano de que EEUU se proponía bombardear la base aérea siria de Shairat justamente durante la visita. Muchos observadores pensaron en aquel momento que Xi Jinping se sintió humillado ante lo sucedido», destaca.

Gashkov apunta que la historia de las relaciones entre los dos países seguirá los días 6 y 7 de julio en la cumbre de G20 en Hamburgo.

«Las expectativas no son muy optimistas. Las medidas antichinas, aprobadas casi de modo simultáneo, parecen estar sincronizadas con la reunión de los líderes», concluye.

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