Rusia amenaza con incinerar a la OTAN entera en caso de conflicto mundial

Sputnik

El vice primer ministro ruso, Dmitri Rogozin, abordó el siempre presente tema de las sanciones antirrusas, las aspiraciones europeas de Serbia y las peculiaridades del balance estratégico amenazado por EEUU, entre otros asuntos.

Ante todo, el alto funcionario ruso calificó las sanciones vigentes como tontería que no toma en cuenta el carácter nacional de los rusos.

«No se puede ‘detener’ a Rusia con las sanciones. Solo nos anima a demostrar nuestro carácter nacional. (…) A los rusos es inútil prohibirnos algo», aseguró Rogozin citando los ejemplos del renacer de la industria aeronáutica nacional tras el período de retroceso y la creación de toda una industria de los motores tras el cese de suministros de los socios tradicionales.

Montenegro en la OTAN

Respecto a la controvertida decisión de Montenegro de entrar en la Alianza Atlántica, el vice primer ministro ruso comparó la situación con el caso ruso-ucraniano:

«En mi opinión, es lo mismo que el caso de Rusia con Ucrania. (…) Se sabe bien qué son los montenegrinos para los serbios o los ucranianos para los rusos. Resulta que hasta a un hermano es posible enemistar contra otro hermano, tal y como sucedió con Kiev (…) No creíamos [en Rusia] que fuera posible esto, pero con los años se acumuló el odio que se manifestó en el Maidán, el radicalismo y la guerra civil en Donbás», valoró Rogozin.

Así, según el funcionario, las actuales élites ucranianas utilizan el pretexto del conflicto, del cual culpan a Rusia, para mantenerse en el poder y justificar los fracasos de su gestión.

Serbia y la UE

Es importante que el país balcánico «tenga buenas relaciones con la UE», pero para tenerlas no es necesario ser integrante del bloque, opina el interlocutor de Sputnik.

«¿Para qué entrar en la UE si los mismos europeos ya huyen de ella?», preguntó Rogozin en referencia a la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

También, si ahora ya surgen propuestas de integrar a todos los países balcánicos ‘en masa’, como los del Báltico, «pues, parece que las cosas van mal [en la UE] y que están interesados en que más gente entre» para solucionar sus problemas, estimó.

No obstante, en cualquier caso «Rusia y Serbia estarán cercanos», aseguró el político.

Los S-400 para Turquía y los Mistral franceses

Rogozin comentó los planes de suministrar sistemas antiaéreos rusos S-400 a Turquía —país-miembro de la OTAN—.

«¿Por qué no? Grecia [también miembro de la Alianza] ya compra sistemas antiaéreos rusos, y Turquía también puede hacerlo. En los países de Europa Central y del Este los aviones rusos hasta hoy en día integran las Fuerzas Aéreas», recordó el vice primer ministro.

La historia con los portahelicópteros Mistral, calificados en su época como un gran ejemplo de cooperación entre Rusia y un miembro de la OTAN, «fue más bien un acto de amistad que una necesidad crucial».

«Pedimos estos portahelicópteros para fomentar los lazos con Francia. No nos convenían mucho por no estar adaptados para las temperaturas bajas de nuestros mares fríos, son portahelicópteros tipo ‘bikini’. Y luego rechazan suministrarlos por algunos temores y restricciones», explicó el funcionario.

Tras la devolución por parte de Francia del pago avanzado, Rusia autorizó la reventa de los buques a Egipto, a quien también vendió el lote de los helicópteros navales diseñados para los Mistral. «Cobramos en este negocio más de lo que gastamos», notó.

La ‘carrera’ de los sistemas antiaéreos entre Rusia y EEUU

«Rusia fomenta su defensa antiaérea, eso sí. Sabemos bien del caso de Yugoslavia, lo que pasa con un país que carece de sistemas defensivas contra ataques aéreos. No queremos que lo mismo suceda con nosotros», confirmó el político.

Así, Moscú invierte «recursos considerables» en la creación de la defensa antiaérea y antimisiles de múltiples niveles, incluido el espacial, «pero lo hace en su propio territorio».

EEUU, a su vez, despliega sus sistemas de defensa antimisiles en el extranjero.

«Actualmente existe un balance estratégico. Cualquier agresor que invada Rusia será destruido físicamente de inmediato. Incluso si la OTAN entera nos ataca, toda la Alianza será incinerada [por las armas nucleares] de una manera garantizada sin que ninguna defensa antimisiles los salve», vaticinó Rogozin.

Con el despliegue de la infraestructura antimisiles se busca reducir el potencial de respuesta rusa y, por consecuente, «limitar la soberanía rusa garantizada por este potencial estratégico», prosiguió.

Así, todos los países que albergan la infraestructura estadounidense «serán el blanco en caso de un conflicto».

«Nadie va a mirar tranquilamente como se derriban los misiles [rusos] al despegue. Primero, destrozaríamos las bases antimisiles, luego, lanzaríamos ataque de respuesta. No apuntaremos contra las capitales ni ciudades, solo contra estas bases», comentó.

En este sentido, el uso de las armas modernas rusas en Siria contra los terroristas es una franca demostración de «con qué exactamente pretendemos hacerlo en caso de necesidad», subrayó Rogozin, destacando las capacidades de atacar desde los bombarderos, buques de guerra y submarinos.

«Lo decimos francamente a los países que deciden albergar los componentes del sistema antimisiles de EEUU: serán nuestros blancos. Pero lo provocan por su propia cuenta», concluyó.

 

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