Rafael Correa vs Lenín Moreno: comenzó la guerra entre el ex presidente y su sucesor

Infobae

Cuando el 24 de mayo pasado Rafael Correa entregó el gobierno de Ecuador a su ex vicepresidente Lenín Moreno, tras 10 años de escuchar al polémico Correa hasta en la sopa, muchos ecuatorianos pensaron que dejarían de oír de él al menos por un tiempo, pues había dicho en varias ocasiones que el país necesitaba descansar de él y él del país.

A un mes de inaugurado un nuevo gobierno en Ecuador, parece que a Correa le está costando aceptar que ya no es Presidente del país andino y hace todo lo posible por mantenerse en la palestra, incluso criticando al presidente Moreno -quien también milita en su movimiento político, Alianza País- a través del diario oficial El Telégrafo, en el cual tiene una columna de opinión.

En su primera columna en el Telégrafo, que ya supera las 118.000 visitas, Correa se ofendió por la falta de mención de Moreno de todo el trabajo que dijo haber realizado en su gobierno contra la corrupción: «Sí molesta y ofende la falta de mención de todo este trabajo de meses, haciéndole el juego a la oposición sobre que se quiso ocultar algo».

También criticó que el Presidente Moreno haya designado una comisión –pese a estar conformada por ex miembros del Gobierno de Correa- para investigar la corrupción y pida ayuda a la Organización de las Naciones Unidas (ONU): «Lo que sí sorprende es que se nombren oficialmente comisiones ad hoc, y, más aún, se pida ‘ayuda´ a organismos internacionales, claudicando en lo avanzado todos estos años en cuanto a institucionalidad y soberanía se refiere», dijo el ex presidente apenas dos días después de que Moreno hizo el anuncio en este sentido.

En su segunda columna en El Telégrafo, Correa criticó lo que él llama «la mala prensa», luego de que Moreno había anunciado que él y su Gabinete rendirán cuentas constantemente y que sus ministros y secretarios deberán agendar visitas a los medios para informar sobre su gestión, como una actividad que llamó «obligatoria», justo lo contrario de lo que en el pasado hizo Correa cuando como Presidente, en el 2012, prohibió a sus ministros atender en entrevistas a la prensa privada.

«Pareciera que por un supuesto diálogo los que ganamos las elecciones las hubiéramos perdido. Que la oposición era la que tenía la razón. Que en nombre de la unidad hay que volver a someter al país a los agonizantes poderes fácticos. Se ordena informar a los medios, no a la ciudadanía, y les aseguro, después de una década de experiencia, que no es lo mismo. Grave error, gravísimo error», dijo Correa.

Pareciera que por un supuesto diálogo los que ganamos las elecciones las hubiéramos perdido. Que la oposición era la que tenía la razón

Según el analista político Gabriel Hidalgo, «Correa sigue teniendo barrigas agradecidas en todos los espacios de la administración pública, incluso en el diario estatal, que se ha convertido en un aparato de difusión de Correa (…) Está dando patadas de ahogado para mantenerse en una escena que ya no puede controlar».

Acostumbrado a tener micrófono abierto cada sábado en sus polémicas «sabatinas», retransmitidas por medios incautados y por varios medios privados, las redes sociales se han convertido ahora en el bastión de la nueva guerra de Correa.

En Twitter y Facebook no descansa: todos los días, escribe al menos una docena de tuits para fustigar a periodistas y opositores, defender las políticas y el modelo económico que implementó en su gobierno, criticar decisiones, defender a sus coidearios y ex funcionarios, atacar, dar consejos sobre lo que se debe hacer, burlarse de sus opositores, cuestionar auditorías… Lo que publica en twitter lo reproduce en Facebook y viceversa.

 

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