La grabación, realizada cerca de la costa mexicana, muestra cómo un enorme tiburón blanco introduce la cabeza en una jaula de buceo ante la sorpresa de los buceadores que se encuentran en su interior. El escualo rompió una de las barras de protección fortuitamente y quedó momentáneamente atrapado.
Sin embargo, instantes más tarde, el depredador marino consiguió liberarse y se marchó del lugar. Afortunadamente, ninguno de los buceadores resultó herido.