¿Se desató una cacería contra los Kim que cayeron en desgracia?

Mientras el cuerpo sin vida de Kim Jong-nam, hermanastro del líder norcoreano Kim Jong-un, permanece embalsamado en una morgue de Malasia, las dudas acerca de su asesinato se multiplican.

Al principio, las autoridades de Malasia anunciaron que estaban planeando entregar el cuerpo del Kim Jong-nam a sus familiares y les dieron un plazo de tres semanas para repatriarlo. El Gobierno del país barajó también la posibilidad de incinerar el cadáver.

Más tarde surgieron informaciones que afirmaban que los parientes de Kim Jong-nam permitieron que las autoridades de Malasia fueran quienes determinaran qué hacer con el difunto.

Fue entonces cuando el Ejecutivo malasio comenzó a plantear la posibilidad de intercambiar los restos del fallecido por nueve ciudadanos malasios retenidos en Corea del Norte. Los individuos con pasaporte de Malasia están bloqueados en el país norcoreano tras la crisis diplomática que se produjo entre ambas naciones a cuenta del homicidio de Kim Jong-nam.

El conflicto entre Malasia y Corea del Norte propició después que cuatro ciudadanos norcoreanos fueran declarados sospechosos en el asesinato de Kim Jong-nam, si bien lograron escapar del país. Es posible que los sospechosos estén ya de vuelta en Pyongyang, declaró un alto representante de la Policía malasia. La Interpol ya emitió una orden de búsqueda y captura contra los cuatro individuos.

En el contexto de esta crisis diplomática, Malasia expulsó al embajador de la RPDC y canceló el régimen sin visados con Pyongyang. Como respuesta, Corea del Norte prohibió regresar a su país de origen a los nueve ciudadanos malasios que se encontraban en territorio norcoreano y que han sido mencionados líneas más arriba.

Las autoridades norcoreanas declararon que los culpables del asesinato del medio hermano de Kim Jong-un habían sido Corea del Sur y Estados Unidos. En Seúl, todos están seguros precisamente de lo contrario: el homicidio fue ordenado por el mismísimo Kim Jong-un.

«Si imaginamos que la meta de este asesinato era demonizar a Corea del Sur, así como hacer que la situación desemboque en un conflicto armado, entonces hay mucho en juego y los organizadores de este delito no se detendrán ante nada», dijo a Sputnik Konstantín Asmólov, analista ruso especializado en estudios coreanos.

El experto recalcó que no cree que las autoridades oficiales en Seúl sean capaces de cometer tal acción, pero argumentó que hay fuerzas en el país que sí pudieron haberla llevado a efecto.

«La gran política no es de guante blanco. Puede que nunca nos enteremos de la verdad. Pero, desde mi punto de vista, esta es una situación en la que ciertas personas conocen la verdad, pero a nadie le gusta», indicó.

Sería lógico suponer que los demás miembros de la familia Kim sienten amenazadas sus vidas, dadas las circunstancias. Un buen ejemplo sería el hermanastro del ex líder norcoreano Kim Jong-il y tío del líder actual, Kim Pyong-il.

A partir del 2015, Kim Pyong-il ha ejercido como el embajador de la RPDC en la República Checa. Pese al hecho de que Pyong-il nunca criticó a la Jefatura de Estado actual de Corea del Norte como lo solía hacer Kim Jong-nam, sus lazos familiares con Kim Jong-un lo convierten en un posible blanco para las autoridades norcoreanas.

Otra persona que podría estar preocupada por su integridad física es el hijo mayor de Kim Jong-nam, Kim Han-sol. El sobrino del líder norcoreano tiene 22 años y ha vivido y estudiado en Bosnia y Francia. Tras la muerte de su progenitor, Kim Han-sol llegó a Malasia para identificar al cuerpo de Kim Jong-nam y luego desapareció: su paradero actual sigue siendo desconocido.

Recientemente, el grupo Cheollima Civil Defense difundió un vídeo protagonizado por un individuo con cierto parecido físico a Kim Han-sol. El hombre habla inglés e informa de que su padre ha sido asesinado y agrega que él, su madre y su hermana están escondidos.

«Que exista una amenaza para el hijo de Kim Jong-nam o no depende de quiénes sean los organizadores y cuáles sean las metas del crimen. Es fácil encontrar argumentos a favor de la supuesta implicación del Norte, pero lo dicho también se aplica al caso del Sur», concluyó Asmólov.

 

 

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