MOSCÚ (Sputnik) — El mandatario sirio, Bashar Asad, expresó la esperanza de que la guerra en su país pueda terminar en 2017.
«Siempre tenemos la esperanza de que este año va a ser el último, pero al final se trata de una guerra y no se puede saber lo que precisamente va a suceder», dijo.
Mencionó, además, que la prioridad actual para el Ejército sirio es la liberación de la ciudad de Al Raqa de los terroristas de Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).
A la vez indicó que otras ciudades, incluido Deir Ezzor, podrían ser liberadas paralelamente a Al Raqa, lo que llevaría, según estimó, varios meses.
«Suponiendo que no haya intervención extranjera, llevará unos meses, pues internamente no es muy complicado», dijo.
El presidente subrayó que la intervención extranjera constituye «la complejidad de esta guerra», y lo bueno que ganó Siria frente a esa intervención es «la unidad de la sociedad».
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas.
Según los datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.