Muchos países costeros sufren un problema medioambiental del que poco se habla: se están quedando sin arena en sus playas. La culpa, como siempre ocurre en estas situaciones, la tiene el ser humano.
Aunque la arena es usada en muchas industrias como la farmacéutica, es el sector de la construcción el que más daño está haciendo a los paraísos naturales. Dado que la del desierto no tiene las características idóneas, cada año emplean millones de toneladas de arena de playa para llevar a cabo sus obras.
Nueva Zelanda es uno de los países al que más está golpeando este auge urbanístico, y por ello han decidido tomar cartas en el asunto. ¿Cómo? A través de los consumidores de cerveza. Tal y como suena…
La marca DB Export ha ideado una maravillosa máquina que tritura las botellas y las convierte en un tipo de arena ideal para el uso en la construcción. De esta manera, evitan que recurran a las playas para obtenerla.
Este ingenioso invento lo han colocado en bares a lo largo del país, facilitando la tarea de reciclaje. Nada más acabar tu cerveza, puedes meter el vidrio en la máquina y ver cómo se produce el ‘milagro’. Y por sorprendente que parezca, cada botella se convierte nada menos que en 200 gramos de valiosa arena.
Según los datos que aporta la marca, dos tercios de las playas del mundo están menguando por culpa de este problema. Con esta iniciativa quieren facilitar a sus consumidores que puedan aportar su granito de arena para revertir la situación. Nunca mejor dicho…
https://www.youtube.com/watch?v=7uOukrxj4sY